Hay ocasiones en las que sientes que las cosas no salen como sueñas, o pareciera que algunas circunstancias no se dan de la forma que esperabas. Debes aprender a reconocer esos momentos, tal vez Dios quiere usar lo que estás viviendo, para llevarte a un nuevo nivel de bendición y no te has dado cuenta. En la Biblia encontramos cuatro personajes que fueron empujados por Dios a cumplir el gran propósito que tenía para ellos.

Daniel:

El rey de la época quería poner 120 gobernantes en todo el imperio, para que le dieran cuentas y le ayudaran; uno de ellos era Daniel. Así que los malos convencieron al rey para que hiciera un edicto y nadie pudiera orar durante un mes; por supuesto, Daniel siguió orando. El edicto era claro: cualquiera que orara debía ser echado en el foso de los leones.

Como consecuencia, Daniel fue lanzado al foso, pero Dios lo protegió, y sus enemigos con sus familias fueron arrojados al foso y devorados por los leones. Después de esto, Dios promovió a Daniel.

Jacob:

El empujón de Dios te lleva a tener reposo y a prosperar, así pasó con Jacob, quien recibió amenazas de muerte. Su padre era multimillonario, pero su hermano quería matarlo, así que tuvo que huir sin nada hacia Harán.

En medio del camino, en Betel, el Señor le habló, hizo un pacto con él y luego lo bendijo.

Con el tiempo, Jacob regresó, pero sus hijos cometieron un error, por lo que tuvo que salir de la región nuevamente e ir a Betel, el lugar de los votos.

Si Dios te empuja, es porque quiere llevarte a un lugar de reposo; a veces, las aflicciones que envía el Diablo las usa el Señor para bendecirte. El empujón de Dios te lleva a Su reposo y te llevará a la bendición.

Nadie quiere persecución y tratamos de evitarla, pero la persecución nos lleva a la tierra de descanso.

Mardoqueo:

Era un buen hombre, pero un gobernante perverso pidió que se arrodillaran y lo adoraran; al no hacerlo, lo iban a colgar de una horca, pero Dios lo bendijo, le dio un lugar de honor y a sus enemigos los colgaron de la horca que habían preparado para su muerte.

Mardoqueo pasó a ser alguien muy importante en el reino persa, siendo instrumento de Dios para cuidar y bendecir a su pueblo.

Isaac:

Dondequiera que iba, encontraba pozos y agua en medio de la sequía y del desierto. Dios le dio un Rehobot, lugares de reposo y descanso.

Si estás pasando momentos que no entiendes, recuerda que, aunque el enemigo quiera hacerte daño, Dios utiliza las circunstancias adversas para llevarte más allá de lo que alguna vez has imaginado.

Deja de llorar y cree en el Señor, porque viene un tiempo de bendición, busca a Dios, escucha su voz y podrás ver que Dios quiere levantarte por encima de tus imposibles y cumplir sus planes contigo.