¿Te gusta ser como el resto de personas que te rodean? ¿En tu grupo de amigos o trabajo eres de los que les sigue la corriente a todos? ¿Te dejas influenciar fácilmente por las personas a tu alrededor?

Sabías que el Espíritu Santo en Hebreo es Ruah, y aparece en el Antiguo Testamento 387 veces, de esas ocasiones hay 100 veces en las que se habla del Espíritu de Dios.

En Números 24, hay un pasaje impresionante en el que se dice que Caleb, tenía otro Espíritu, porque creyó a la voz de Dios, a pesar de los gigantes en la tierra prometida.

Zacarías, el padre de Juan el Bautista, es un claro ejemplo, pues él era un sacerdote piadoso y justo. Pero cuando el ángel Gabriel se le aparece y le dice lo que Dios va a hacer, Zacarías no le cree y queda mudo. Pero unos meses después el mismo Gabriel se le aparece a María, para anunciarle algo asombroso, y por extraño que fuera, María sí creyó.

Cuando Dios promete algo, siempre hay dos tipos de personas, aquellos que tienen miedo o son cobardes, y aquellos que tienen otro Espíritu, y sí creen a la voz de Dios.

Si Dios te ha dicho algo, se va a hacer realidad si el Espíritu Santo está en tu vida, porque Él te dará la fe para creer y conquistar a pesar de las dificultades.

Mientras algunos están viendo a los gigantes, y se esconden de miedo, hay otro tipo de personas, como David, que tienen al Espíritu Santo.

¿Crees en las promesas de Dios como Caleb, David y María o tienes miedo como el pueblo de Israel?

Hoy le pido a Dios que seas parte de los verdaderos creyentes, que la gente pueda decir de ti que tienes un Espíritu diferente, que siempre tienes una palabra de ánimo y fe, que confías en Dios en medio de la tormenta, que caminas sobre las aguas y hace proezas de la mano del Espíritu de Dios.

El mundo necesita gente diferente, gente que piense de otra forma, verdaderos creyentes que confían en Dios.