Escucha la voz de Dios para obedecerla, porque ahí encontrarás tu bendición, tendrás protección y guía en tu camino. Pero debes saber que hay ciertas cosas que te impiden escuchar Su voz. Aprende a identificarlas:Muchas veces algunos manipulan la expresión “Dios me habló”, para decir justificar un deseo propio del corazón; pero debes saber que Dios habla claramente y tú tienes la certeza de que es Su voz la que te está hablando.

¿Cómo sabes que Dios habla?

Primeramente porque en las escrituras dice que Él nos creó a su imagen y semejanza (Gén 1:26-27),  desde entonces Dios le hablaba a Adán y de ahí en adelante la Biblia da una gran cantidad de ejemplos en los que Dios hablaba con los  hombres y cumplía lo que les había dicho. ¡El Dios que habló atrás, habla hoy! Jesús prometió que nosotros oiremos la voz de Dios, sin embargo, por varias razones no la oímos.

Hay tres cosas que hacen que no podamos oír Su voz:

  • Tienes temor de oírlo, sabes que en tu corazón hay algo que a Él no le agrada y a causa de esto te escudas diciendo que Dios no te habla.
  • Simplemente porque no quieres oír, ya que sabes que lo que Dios te va a decir no va de acuerdo a tus deseos y no quieres hacer su voluntad.
  • No le das la verdadera importancia a la voz de Dios, dice la palabra en “Marcos 4.23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.” y si no lo haces es porque no te interesa.

Sin importar estas actitudes aun así Dios quiere hablarnos, todos necesitamos oír su voz para ser protegidos, para ser enseñados, para ser guiados al camino de la bendición. Dios quiere que vivas, que prosperes, que te vaya bien en todas las cosas, por eso, atiende a su voz. Él habla en sueños para guardarnos, como le habló a José para proteger a Jesús cuando Herodes le buscaba para matarlo (Mateo 2:13). Él también habla a través de visiones, a través de las escrituras, su palabra viene en el momento oportuno. Es el silbo apacible hablando al corazón de cada creyente.

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”(Juan 10:27) Si no has oído la voz de Dios pero estas decidido a hacerlo no lo pienses dos veces, obedécele y el te bendecirá.