¿Te consideras alguien confiable? ¿Crees que las personas a tu alrededor pueden decir de ti que eres alguien fiel?

En la Biblia una de las virtudes más valiosas es la fidelidad, sin lugar a dudas encontramos muchas ocasiones en las que esta característica marcó los más grandes relatos de las escrituras. Fidelidad es sinónimo de confiabilidad, y en el Antiguo Testamento, encontramos una historia que define no solo qué es ser fiel, sino también las recompensas que vienen sobre alguien fiel.

Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y este exclamó:
«¡Somos tuyos, David!
¡Estamos contigo, hijo de Isaí!
¡Tres veces deseamos la paz
a ti y a quien te brinde su ayuda!
¡Y quien te ayuda es tu Dios!».
David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.
1 Crónicas 12:17-18 NVI

En este pasaje el rey David tenía dudas de las intenciones de Amasay, pues David estaba viviendo momentos muy difíciles de persecución y muchos querían matarlo. Es fácil ser fiel a tus líderes en los momentos de victoria, donde todo es alegría, pero la verdadera fidelidad se ve en los momentos oscuros, donde la persecución y la tempestad son tan fuertes, que parece que todo va a terminar mal; allí es donde el Espíritu Santo quiere utilizar esos corazones fieles para brindar un rayo de fe y esperanza a los líderes afligidos.

¿Qué tan fiel eres a tus pastores?

Esta podría ser una gran pregunta hoy, los pastores requieren muchos corazones como el de Amasay, personas que los alienten en medio de la tormenta y sobre los cuales el Espíritu Santo venga para fortalecer y mantenerse a su lado en medio de los problemas.

A ese tipo de creyentes fieles, Dios les promete paz y todo Su bien, es por eso que Amasay junto a sus amigos, fueron puestos en lugares de autoridad.

El Señor Jesús también les dijo lo mismo a sus fieles amigos:

“Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí.” Lucas 22:28-29

Disfruta de este poderoso mensaje a continuación.