Lo que pareciera algo rutinario y normal puede cambiar vidas radicalmente, y ese es el caso de Marcela Mariño, quien tomó su computador y comenzó a navegar por internet, sin imaginar que con un solo ‘clic’ su vida cambiaría al encontrarse con el Señor a través del ministerio de los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez.

Una mañana de domingo estando en su casa en la ciudad de Quito, Ecuador, donde vivía desde hacía dos años y que por cuestiones laborales había sido trasladada a ese país, la vida de Marcela dio un giro inesperado; no sabía que al entrar al navegador de su ordenador se encontraría con la sorpresa más grande de su vida, la salvación.

Pero, ¿cómo alguien puede encontrar la salvación conectándose a internet? Marcela entró a la página web de Avivamiento sin querer, y su corazón quedó cautivado por el Señor, se cumplió la palabra de Oseas 11:4a en la que Dios la atrajo con lazos de amor. Desde ahí comenzó a crecer esa pasión por el Señor y su vida fue transformada para siempre. Entonces salía de su trabajo y con ansias se apresuraba para llegar a casa en donde dejaba la página web abierta para poder saciar su hambre por Dios. Y es que no fue para menos, pues el Señor llenó sus vacíos y nunca más se volvió a sentir sola; ese ‘play’ era el incentivo para llenar su alma.

Marcela afirma que ella se quería meter por el televisor y muchos no lo entendían, ¿cómo era posible poder recibir a través de una señal televisiva algo que era inexplicable? pero ella agregó que *“Dios es real y para Él no hay límites”. *Por eso aumentaba todo el volumen para adorarle por horas.

Pero como toda decisión celestial tiene oposición, vino el momento en que tuvo que enfrentarse con una batalla en su mente, su familia empezó a cuestionar sobre su decisión por el Señor y en una mañana pensó en no volver a conectarse ni seguir escuchando la música de Avivamiento, sentimiento que duró solo una tarde, pues ella consideró que eso no era vida, sentía que no podía vivir sin Dios y se paró firme para continuar porque para ella era imposible volver atrás.

De ahí en adelante no se perdía las citas de viernes en la noche y mucho menos las de los domingos en la mañana, pues ella afirma que salía diez mil veces más feliz que cualquier cosa que hubiera podido dejar por no estar en la iglesia, ahí fue donde se aferró a los recursos para mantenerse avivada como la adoración a través de la página de Avivamiento.

Y como si fuera poco en el año 2016 el Señor le concedió regresar a Colombia, su restitución estaba muy cerca y así como lo afirmaba “era llegar a la casa del Rey”.

Ahora Marcela se ha unido al equipo de ujieres, gente servicial y amorosa, para seguir el ejemplo de los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez; pues ese Jesús que caminaba por las calles de Galilea, ahora en pleno siglo 21 transita en el auditorio del Centro Mundial de Avivamiento, trayendo milagros, sanidades y provisión a miles de personas que han llegado en escasez y tormento para traerles a libertad y salvación.

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