El sueño de Marcela Mendivelgo siempre había sido trabajar en una multinacional, pero lo veía como algo imposible ya que actualmente (en el año 2016) estaba trabajando como coordinadora de proyectos***, ***en donde hacía sus prácticas y, además, aún no tenía contrato formal y por esa razón el sueldo que ganaba era mínimo.

El deseo de Marcela se hacía cada día más fuerte y tomó la decisión de ir a avivamiento al parque 2016 con esa petición el 30 de diciembre de ese mismo año, pidiéndole a Dios que la sorprendiera.

Semanas después de avivamiento al parque Marcela recibió una llamada para una propuesta laboral en una multinacional, pero debía manejar el idioma inglés y Marcela no se sentía muy fuerte en esta área. Sin embargo, se arriesgó a pasar por un proceso de cuatro pruebas y una visita domiciliaria, quedando en espera de una respuesta y pensando que no la llamarían ya que no cumplía con ciertos requisitos.

A los ocho días Marcela recibió una llamada que le causó mucho impacto en la cual le confirmaban el contrato con la empresa y además le informaban que no dependería de un director, sino que trabajaría directamente con el vicepresidente de la compañía.

Actualmente Marcela obtiene un salario tres veces mayor de lo que ella esperaba y afirma que todo fue por causa de haberse aferrado a la palabra que Dios había dado en avivamiento al parque y creyó que el año 2017 sería el año de sus más grandes conquistas. Ahora va con mayores expectativas a avivamiento al parque 2018 a dar un salto de fe por sueños mucho más grandes.