El viernes 8 de mayo Leidy Martínez no tenía dinero, era tanta su necesidad que ella dijo: “no había ni para comer”, todo lo poseía eran 2 mil pesos que estaban en su cuenta.

Pero con toda su fe, Leidy fue a la ventanilla del banco y sacó este montó, el cajero no lo podía creer, quedó tan sorprendido que no soportó la curiosidad y le preguntó: “¿para qué los necesitas?” Y ella respondió: “los necesito”.

Entre tanto, salió del lugar y dijo: “Señor son 2 mil pesos que te siembro, yo sé que tú vas hacer grandes cosas, me voy a ir a adorarte, me voy a servirte y tú harás”.

Mientras caminaba, recordó que en su oficina estaban sus tenis y como tenía que servir en el coro se devolvió por sus zapatos a la oficina. Al llegar, su jefe le pidió que contestara el teléfono y al levantar la bocina escuchó una de las noticias más sorprendentes para ella y para quienes leen su historia…

“Te acabas de ganar un incentivo y un premio por ser la mejor en los resultados de la empresa, te acaban de consignar en las cuentas 21 millones de pesos” – dijo alguien en el teléfono.

No había dado su pacto pero el Señor honró su fe como a la viuda que dio las únicas dos blancas que tenía. Y como Dios no es deudor de nadie, a Laidy le devolvió 10 mil 500 veces más de lo que sembró.

Todo lo que esta mujer puede decir con lagrimas en sus ojos es: “Señor tú eres grande”