¿Sabías que hay una protección para todo aquel que intercede ante cualquier situación que tu familia o tu nación está viviendo?
En el libro de Ezequiel encontramos un pasaje realmente impresionante, que nos da a conocer que aquellos que oran e interceden delante de Dios, crean un escudo de protección de parte de Dios.
y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Ezequiel 9:1-4
Otro ejemplo es Abraham, quien al conocer el juicio que venía sobre Sodoma, intercedió por su sobrino Lot, buscando protección para él y para su casa. Génesis 18:16-19:29
Dios nos ha dado refugios de protección, ante toda adversidad que se nos presente en el diario vivir.
Hace algunos años pasé por un momento de crisis y temor, pues me encontraba en un vuelo de Panamá hacia Colombia, cuando de un momento a otro el avión comenzó a caer abruptamente, el piloto no podía controlar la aeronave, no era una simple turbulencia, y las personas gritaban llenas de pánico. Todos sabían que íbamos a morir, en mi desesperación el Espíritu Santo me recordó el poder de la sangre del Señor, así que grité “sangre de Cristo cúbrenos” e inmediatamente el avión se niveló, todos regresaron a sus puestos y entendimos que, aunque el enemigo deseaba acabar con nuestras vidas, Dios tenía un plan diferente y el refugio de Su sangre, transformó la situación.
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Apocalipsis 12:11
Ya aprendimos dos poderosos refugios, la intercesión y la sangre de Cristo, ahora te quiero enseñar otro poderoso refugio, que el mismo David entendió y lo compartió con nosotros en el Salmo 50.
Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo; E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. Salmo 50:14-15
La biblia nos dice que el día de la angustia puede aparecer, pero nuestros votos al Señor, hacen memoria delante de Él, para que en ese momento de necesidad venga respuesta de parte de Dios.
David sabía realmente el poder de las ofrendas, él tuvo que pasar por muchos momentos de dificultad, momentos de angustia en los que encontró que cuando él honraba a Dios, Él contestaba de maneras sobrenaturales a favor suyo.
Y el Salmo 91 nos enseña el cuarto refugio…
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Salmos 91:1
Si tú te refugias en la presencia del Dios todo el tiempo, Él te librará de cualquier peligro, para que vivas en bendición y en victoria todos los días de tu vida.
Intercede, confía en el poder de la sangre de Jesús, honra al Señor con tus diezmos, ofrendas, y sobretodo permanece en la presencia de Dios.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré. Salmo 91:14