El pasado domingo 27 de marzo fue un día que marcó la historia del Avivamiento en todo el continente. Un día en el que alrededor de ocho mil personas en las quince sedes de Avivamiento se bautizaron y confesaron públicamente su fe en Jesús como su Señor y Salvador, en el marco de la celebración del domingo de resurrección, en la que recordamos que Él no está muerto… ¡Él vive!

Cumpliendo el mandato del Señor dado en Mateo 28:19

“Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

Fue de esta forma que miles y miles de personas dieron este paso de obediencia llenos de gozo en las quince sedes de Avivamiento en Colombia, Estados Unidos, Argentina y Chile…
Cada persona afirmó su compromiso de seguir a Jesús hasta el final… sin duda hubo una gran fiesta en el cielo. Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Villavicencio, Barranquilla, Ibagué, Cubarral, Istmina – Chocó, Nueva York, Miami, Buenos Aires, Olavarría, Corrientes y Santiago de
Chile se unieron como un solo cuerpo para confesar públicamente nuestra fe en Jesús, el Hijo de Dios.

La presencia del Espíritu Santo fue tangible en cada instante, las personas que no iban preparadas para bautizarse, no dudaron en bajar a las aguas con la misma ropa que traían puesta. La felicidad de saber que comenzaban una nueva etapa en su caminar con el Señor Jesús, llenó cada sede de Avivamiento.

Cada uno de los presentes pudieron sentir al Señor como si estuvieran en la sede principal del Centro Mundial de Avivamiento en Bogotá, y agradecieron profundamente a los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez por su amor, sus oraciones y su ferviente anhelo por pastorearlos de todas las maneras posibles y llevarlos a vivir en victoria cada día de sus vidas.

No fue solo un tiempo de bautismos, fue una marca indeleble en las páginas de este Avivamiento, que día a día llega a más lugares alrededor del mundo, llevando y mensaje de salvación y el poder de Dios a millones de personas hambrientas por la presencia de Dios en su vidas y familias.

Durante esta poderosa celebración todos recibieron una palabra que quedará grabada en sus corazones: si caminamos con Jesús todos los días de nuestras vidas, los cielos permanecerán abiertos a nuestro favor.