Chiapas acaba de vivir una de las semanas más impactantes de su historia espiritual. Una tierra que por años estuvo marcada por el dolor, la muerte y el sacrificio de muchos mártires, se vio transformada en un escenario de gloria, esperanza y un mover del Espíritu Santo que estremeció a toda la región. Desde el inicio, el ambiente anunciaba algo extraordinario. Miles de personas recibieron en el aeropuerto a los pastores Ricardo y Ma. Patricia Rodríguez con lágrimas, cantos y un júbilo que desbordaba los corazones. Ese recibimiento no solo marcó un momento emotivo, sino que fue la señal de que Chiapas estaba listo para entrar en un tiempo completamente nuevo.

Durante la semana se desarrolló una reunión profundamente significativa con pastores y líderes de diferentes lugares de México. Fue un encuentro cargado de ministración, unción y renovación espiritual. Muchos testificaron cómo Dios restauró sus vidas, renovó sus fuerzas y confirmó palabras que venían esperando por años. La atmósfera estaba tan cargada de presencia y esperanza que muchos de los asistentes coincidieron en que fue uno de los momentos más transformadores que habían vivido en su caminar ministerial.

Pero el punto más glorioso llegó con la gran mega reunión de Avivamiento, que reunió a miles de personas que llegaron desde varias ciudades, movidas por la fe y el deseo de ver a Dios obrar. A medida que avanzaba el encuentro, la adoración llenó el lugar con una intensidad que estremecía. Fue allí donde comenzaron a manifestarse milagros y sanidades de una manera impresionante. Personas que padecían enfermedades de años experimentaron alivio inmediato, dolores desaparecieron sin explicación, familias enteras fueron tocadas por la presencia de Dios, muchos recibieron libertad emocional y espiritual, y cada testimonio confirmaba que algo sobrenatural estaba ocurriendo sobre Chiapas. Era evidente que el cielo se había abierto de una forma especial.

Lo vivido no fue simplemente una serie de eventos, sino la evidencia clara de que Dios está escribiendo una nueva historia sobre esta tierra. Chiapas vivió una semana que quedará grabada en su memoria espiritual, un momento que anuncia que el Avivamiento está tocando México con fuerza. Lo que comenzó en estos días no se quedará allí: será como un fuego expandiéndose, alcanzando ciudades, familias y generaciones. Hoy, mientras la semana llega a su fin, lo que queda es gratitud por cada vida transformada y una profunda certeza de que este es solo el inicio. Chiapas vivió algo extraordinario, y lo que viene para México y América Latina será aún mayor.