Muchas veces los problemas que vivimos son como grandes monstruos que parecen incontrolables o invencibles. En la biblia encontramos ejemplos asombrosos de personas que enfrentaron terribles adversidades, pero que a través de ellas, vieron la mano de Dios obrar de maneras impresionantes.

Nuestras debilidades no son un obstáculo para Dios, ¡al contrario! Son una oportunidad para que Él demuestre Su poder. El apóstol Pablo lo expresó de manera clara en 2 Corintios 12:9: "Porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Pablo, al igual que muchos de nosotros, enfrentaba sus propios "monstruos", pero él llegó a la revelación de que, en esos momentos de debilidad, la gracia de Dios era suficiente.

Dios nunca prometió una vida libre de pruebas, pero sí nos promete Su fortaleza en medio de ellas. Nuestra debilidad es el escenario perfecto para que el poder de Dios brille. Cuando ya no tenemos fuerzas, es cuando más podemos ver su poder a nuestro favor.

¿Alguna vez leíste los monstruos que Job tuvo que enfrentar?

Job era un hombre justo, temeroso de Dios, y aun así, pasó por pruebas terribles. Satanás obtuvo permiso de Dios para probarlo, y en poco tiempo, Job perdió su riqueza, su familia y su salud. ¿Cuántos de nosotros, en situaciones como esa, habríamos perdido la fe? Sin embargo, Job se mantuvo fiel, aunque llegó a cuestionar su vida.

¿Por qué Dios permitió que Job pasara por momentos difíciles?

Dios estaba llevando a Job a un nivel más profundo de fe y revelación. Job no entendía por qué estaba sufriendo, pero al final de su historia, Dios le mostró que sus problemas eran como monstruos que él no podía controlar. A través de dos criaturas simbólicas, Behemot y Leviatán, Dios le reveló que solo Él tiene el poder para dominar los problemas más grandes y aterradores.

Si tienes monstruos frente a ti y quieres que Dios luche por ti, no te pierdas este poderoso mensaje.