Hace un tiempo, el pastor Satirio Dos Santos contó una historia sobre un terreno que compraron para construir una escuela, pero había una montaña que necesitaban quitar.
Al día siguiente, citaron a los jóvenes para quitar la montaña con palas y picos. La mayoría trabajaba duro, pero uno se sentó, diciendo que no era necesario trabajar porque el pastor les había dicho que hablaran al monte y se movería. Esto causó burlas entre los demás jóvenes.
A pesar de las burlas, al final del día, el joven se puso de pie y exclamó: "¡Ahí viene!". Una retroexcavadora gigante apareció, y el operador preguntó por qué trabajaban. Después de explicar, el operador removió la montaña en un instante.
La lección es que el joven que creyó en lo que el pastor dijo vio cómo se movía la montaña.
Marcos 11:24, que dice: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá".
Háblale a tus montes
A menudo hablamos con Dios para pedir lo que necesitamos y reprendemos al diablo para protegernos. Pero también debemos aprender a hablarle a nuestros problemas, o "montañas".
¿Cómo superar obstáculos?
- Tener Fe: La fe es crucial en la vida cristiana. Sin ella, no podemos agradar a Dios (Hebreos 11:6). Jesús notó la falta de fe en algunas personas y animó a avivarla.
- Declarar con Confianza lo que Dios ha Dicho: En Hebreos 13:5-6, se nos recuerda que podemos decir con confianza que el Señor es nuestro ayudador.
"Porque de cierto os digo que cualquiera que dijera a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho." - Marcos 11:23
Estas palabras de Jesús resaltan la importancia de hablar a nuestras dificultades. Es hora de hablar con fe, al igual que Josué habló al sol y a la luna para lograr la victoria sobre sus enemigos (Josué 10:12-13).
Del mismo modo, Jesús calmó una tormenta al hablar con fe y autoridad (Mateo 8:26). Es tiempo de hablarle a nuestras montañas con fe. ¡Hablemos con confianza a nuestros problemas y veamos cómo Dios actúa!