Si has estado clamando a Dios porque te sientes bajo humillación, escases, opresión y no tienes fuerzas para levantar tu cabeza, Dios te dice hoy: "No es vuestra la guerra, la guerra es de Dios".
2 Crónicas 20:15 “y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.”
Gedeón, en el libro de Jueces y capítulo 6, estaba siendo oprimido por los madianitas y sentía miedo, pero Dios le dice: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” Jueces 6:14
Pero además le da una serie de indicaciones y cambios que debe hacer, y que hoy Dios te llama a hacer
1. Destruir el altar a los ídolos.
Tiene que haber cambios en tu hogar, cambios en la manera de manejar las finanzas, cambios en tu vida de oración, en tu relación con los hermanos, tiene que haber cambios en la actitud de tu corazón. No puede haber nada ni nadie que sea más importante para ti en tu vida, que Dios, esos son esos ídolos que, como Gedeón, hoy debes levantarte y derribar.
2. Levantar un altar al Señor:
La escritura manda que nos congreguemos, debe haber en tu casa un altar para Dios, ese lugar donde tú vas y lo adoras, lo honras con tus ofrendas, te sientas a sus pies para que Él te enseñe y tú haces conforme a lo que Él te enseña. Es decirle a Dios yo te creo a ti, yo confío en ti, yo espero en ti, no tengo vigor no tengo fuerzas, pero hay un altar para clamar a Dios hasta que Él te responda. Dios no dará Su gloria a nadie, Él es celoso y no comparte Su gloria.
3. Alejar al pusilánime:
Se refiere a los que no tienen ánimo, que no creen, que dudan. El que tiene miedo a fracasar y a triunfar, le da miedo emprender algo nuevo o defender lo que cree. Debes alejarte de esas personas, salir de esa comodidad y emprender, porque no es tuya la guerra.
Finalmente recuerda:
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarías 4:6
Ante las adversidades de la vida, ante los retos y conquistas que tienes por delante, recuerda que la guerra no es tuya, que Dios va contigo y que suya es tu batalla.