¿Sientes que tu fuego por el Señor se está apagando? ¡No lo permitas! Corre a Él y mantén encendida la llama de tu corazón.
La pasión por el Señor no es algo que solo deben tener los pastores o los hijos de Dios que trabajan a tiempo completo en la Iglesia. Es algo que deben tener todos sin excepción.
Para cumplir el llamado que Dios tiene para ti y compartirle a otros del amor de Jesús necesitas la unción del Espíritu Santo. Pero ojo, no hay unción sin fuego, y no hay fuego si dejas perder el primer amor por el Señor.
Mantén vivo el fuego del primer amor
Puedes hacer mil cosas para el Reino de Dios, pero si Él no es tu primer amor, todo será en vano. Recuerda la Iglesia de Efeso en el libro de Apocalipsis. Trabajó arduamente sin desmayar, expuso a los falsos profetas y sufrió por causa del evangelio. Sin embargo, le faltó lo más importante: "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor", Apocalipsis 2:4.
La Iglesia de Efeso perdió su primer amor y le fue quitado el fuego, que no te pase lo mismo a ti.
¿Perdiste el primer amor? Pídele al Señor que te dé el fuego
Ahora, si ya perdiste tu primer amor, debes saber que aún no es tarde para ti. ¡Corre a la presencia del Señor y pídele que te devuelva el fuego!
Y no se trata de que todo en tu vida marche bien para que estés apasionado por Dios. El apóstol Pablo le dio a Timoteo uno de los consejos más valiosos: "Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos", 2 Timoteo 1:6. Y, ¿adivina qué? Lo hizo cuando estaba preso y a punto de ser condenado a muerte. ¡Sí, porque Pablo era un hombre apasionado por el Espíritu Santo y sus circunstancias no fueron un impedimento!
Necesitas al Espíritu Santo. Es momento de que avives más y más la llama de la presencia de Dios. Él te espera con los brazos abiertos.