¿Sabías que… en la segunda guerra mundial, por cada soldado americano que murió, 7 personas murieron por ansiedad en Estados Unidos a causa de la guerra? La ansiedad en el corazón de los seres humanos, es más peligrosa que una guerra mundial, algunos lo llaman: “la plaga de nuestro siglo”.
Eso que sientes adentro cuando vas a atender una entrevista de trabajo, cuando debes pararte frente a un profesor, frente a tus papás porque hiciste algo indebido, o más aún cuando estás frente a algo que no puedes controlar: una enfermedad, una situación en el hogar que no sabes cómo resolverlo, un tema en las finanzas que no tiene salida; eso es ansiedad, y es normal que el corazón lata más rápido frente a ese tipo de cosas que se salen de nuestras manos o que amenazan peligro.
La ansiedad es un enemigo que ha estado escondido en las filas del pueblo de Dios y que debemos desenmascararlo, hollarlo y echarlo fuera de nuestras vidas, pues no puede gobernar nuestro corazón. ¡Dios no quiere que sufras de ansiedad! En la primera carta del apóstol Pedro dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7.
Por eso, hoy traemos para ti, 3 armas para derrotar la ansiedad:
- En la mañana: La medicina es una rutina saludable de oración, “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” Salmo 37:5. Todas las mañanas cuando te levantes, quizá con ansiedad por lo que vas a enfrentar, por la lucha del día, del trabajo, del estudio, de los negocios y de los problemas familiares, pero es entonces el momento adecuado para que te postres y presentas delante de Dios todo lo que causa ansiedad o angustia a tu alma, pues Él tiene cuidado de ti.
- En el diario vivir: Durante el día tenemos problemas y conflictos, nos encontramos en el campo de batalla y es cuando debemos recordar Su promesa: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” Filipenses 4:6.
- En la noche: Por lo general, cuando llegamos a casa con la angustia y la carga de los problemas del día, solemos soltar esa carga con nuestra familia, pero es ahí cuando debes entender lo que dice la Biblia acerca de echar tu ansiedad sobre Él. Así que al llegar, arrodíllate en cualquier lugar, así sea en el baño; perdona al que te hizo daño ese día, pide perdón a Dios por el mal que hiciste, suelta eso delante de Dios, lo bueno y lo malo, y sal de ese lugar a disfrutar de tu familia, de los hermanos en la fe, de los amigos. ¡Suelta la carga delante de él!
Dios da 3 medicinas: oración, ruego y acción de gracias, y la paz de Cristo gobernará tu corazón y pensamientos. Evita ser amigo de los pusilánimes que son pesimistas y te roban la fe, el gozo y la paz, rodéate de los que te inspiran y te dicen: sí se puede.
Dios te está llamando a ser un Caleb, un Josué, uno que habla diferente, a ser como David, uno que da una palabra mientras todos lloran, uno que viene con rompimiento para quebrantar la derrota. Somos la luz del mundo y a donde llega la luz, desaparecen las tinieblas. Así que si viene ansiedad a tu vida, si alguien te trae noticias de angustia, entonces, clama a Dios, ve al Capitán y sabrás que todo está bien.