Qué importante es para un cristiano escuchar la voz de Dios. Solo su dirección te lleva de victoria en victoria y de triunfo en triunfo. ¿No sabes cómo escucharla? El Espíritu Santo es la respuesta.

Necesitas al Espíritu Santo para todo, ¡sí, para todo! Solo así prosperarás en todo lo que hagas: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”, Juan 3:8.

El primer paso y, seguramente el más importante para oír la voz de Dios, es tu comunión íntima con el Espíritu Santo. No esperes escuchar su voz si solo lo buscas cuando vas a la Iglesia. Él quiere una amistad contigo, anhela tu corazón.

Búscalo todos los días, separa un tiempo de oración, adoración y lectura de su Palabra. Su presencia cambiará tu forma de hablar y de actuar.

El Espíritu Santo trae la voz de Dios a tu corazón

La voz del Señor no es algo que escucharás con tus oídos naturales. Se trata de un sentir que llegará a tu corazón, pero tendrás la firme convicción de que es Dios. Solo si eres guiado por el Espíritu Santo tendrás éxito en tu trabajo, en tu estudio, con tu familia y cuando lleves el amor de Jesús a otros. Claramente lo dice su Palabra: “Separados de mí, nada podéis hacer”.

Una Iglesia guiada por el Espíritu Santo

“Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”, Hechos 9:31. Una Iglesia sin el Espíritu Santo está destinada a fracasar.

No importa si tienes más talento o recursos que otros, ni siquiera que tengas una gran estrategia; sin la voz y dirección del Espíritu Santo no podrás triunfar en el propósito de Dios para tu vida. Lo necesitas, Él es indispensable.