En el Evangelio de Mateo 12, encontramos un relato poderoso que ilustra el impacto del ministerio de Jesús y nos invita a reflexionar sobre el papel del Espíritu Santo en nuestras vidas. Un endemoniado ciego y mudo es traído a Jesús, quien lo sana de manera milagrosa. Esta acción desata una pregunta asombrosa entre la multitud: "¿Será este el Hijo de David?".

Jesús, enfrentando la oposición de los fariseos, refuta las acusaciones de que expulsa demonios por el poder de Belcebú. En lugar de eso, les enseña sobre la unidad del reino de Dios y la necesidad de reconocer la obra del Espíritu Santo en la manifestación de su poder sanador.

Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre cómo discernimos los movimientos de Dios en nuestra vida y en la comunidad. En un mundo lleno de distracciones y falsas enseñanzas, es crucial tener una comprensión clara de la voz del Espíritu Santo y seguir su guía.

El Avivamiento, como se evidencia en la historia de la iglesia, es una manifestación del poder transformador del Espíritu Santo. La multiplicación de ministerios, los testimonios de transformación y la búsqueda apasionada de la presencia de Dios son evidencias palpables de que el Espíritu Santo está obrando en medio de su pueblo.

Sin embargo, también debemos recordar que con el avivamiento viene la persecución y la resistencia. Como en el tiempo de Jesús, los fariseos cuestionaron su autoridad y su obra, así también hoy enfrentamos críticas y oposición cuando buscamos sinceramente la obra del Espíritu Santo.

En medio de este desafío, el llamado es claro: debemos buscar la presencia de Dios con todo nuestro corazón, pedir un avivamiento personal y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en todas las áreas de nuestras vidas.

¡Dios está obrando poderosamente, y tú puedes ser parte de ello! Si deseas profundizar en esta reflexión y descubrir más sobre el poder transformador del Espíritu Santo, te invitamos a escuchar esta predicación completa.