¡Hey, hey, hey! No hablamos de la canción de Karol G; para los que están en otros países y no comprenden a que nos referimos, la palabra “TUSA” es un modismo colombiano que hace referencia al despecho, al desamor, a la tristeza o decepción por un rompimiento amoroso.

Así es, lo primero que debemos saber es que es normal que toda relación que se rompa, nos cause dolor; bien sea una amistad, un noviazgo o un matrimonio. No somos robots, Dios nos hizo con sentimientos, y precisamente los sentimientos son el termometro del corazón, es decir, que a través de ellos podemos comprender si estamos heridos y necesitamos sanidad. Veamos lo que dice Eclesiastes 3: 4 y 8 “Hay tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de amar y tiempo de aborrecer” Como vemos en el versículo, la tusa hace parte de la vida y como suele decir nuestra pastora Patty, esto también pasará, es decir, en el momento puede doler mucho, y puede parecer que es tanta la tristeza que es difícil continuar, sin embargo, jamás debemos olvidar que nuestro Dios no enviará algo que no podamos soportar y que al final todas las cosas nos ayudan a bien, como dice Pablo en la carta de Romanos.

Teniendo muy en claro que no está mal sentir dolor o vivir la tusa, en el Salmo 147:3  dice: “El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas” esta es la promesa que el Señor hace a todos aquellos que sienten su corazón roto, dolido y han vivido una desilusión amorosa, que Él sanará sus heridas. Por eso, si tu estás atravesando por eso hoy, debes saber que el Señor te pasará al otro lado, pero debes apoyarte en Él y tener la confianza de que si es posible superar esto.

Podemos afirmar que la Tusa comienza cuando la relación sentimental está mal, es decir, cuando ambos no se entienden, no se comprenden, sienten que no van para ningún lado, o cuando se tomó la decisión de terminar definitivamente. Cuando alguien entra en este estado, surgen preguntas como ¿esta persona realmente me quiso? ¿será que soy difícil de amar? ¿Dios permitió esto? Para responder a la primera pregunta, es necesario entender que cuando una relación no funciona no es solo culpa de una persona, si bien, hay casos en que la responsabilidad del fracaso de una relación sea de una parte, en algo tu fallaste, en algo la embarraste, entonces no debes ver al otro como tu enemigo, o como el victimario y tú la victima.

Además, no dar por sentado, que la ruptura signifique que la otra persona nunca te quiso, en el caso que te hayan terminado; y si tú decidiste terminar, no asumir que la otra persona realmente no te amó porque no hizo nada para evitar que su relación haya llegado a su fin. Veamos lo que dice Efesios 4: 31 -32 dice “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonen mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (NVI), si quieres avanzar, es necesario primero perdonar.

Por otro lado, debemos saber que en una relación es imposible suplir 100% las expectativas del otro, pues siempre va a haber algo en la otra persona que no te va a gustar, o en algún momento se van a lastimar, esto pasa porque el amor de los seres humanos es imperfecto, pero el amor de Dios es incondicional. Por lo tanto, no puedes exceder tus expectativas respecto a tu pareja, es decir, esperar que ella o él te ame de manera perfecta y no falle, o buscar que llene toda tu necesidad de amor porque el único que puede hacer esto es el Señor.

Veamos lo que dice el Salmo 143:8 “Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma” NVISolo Dios puede llenar nuestra necesidad de amor a plenitud, sino recibimos su amor, no vamos a poder amar a quienes tenemos a nuestro alrededor, pues solo vamos a buscar satisfacer nuestras necesidades y no pensar en el otro. Recordemos que 1 Corintios 13 dice que el amor no es egoísta, no busca lo suyo.

Pero ¿Y dónde está Dios? Recordemos que el Señor nos ha dado un libre albedrio, y si bien es verdad que Él nos guía en nuestra decisión de elegir pareja, somos nosotros quienes decidimos la manera en la que desarrollamos nuestra relación, por lo que el fracaso sentimental nunca será culpa de Dios, sino la consecuencia de malas decisiones de una pareja.  Sin embargo, Dios no ignora tu dolor, y quiere y puede sanarte, no será de la noche a la mañana, pero lo podrás superar. Es por esto, que queremos darte algunos tips en tu proceso de sanidad:

1.      Si hiciste de la relación un idolo, pidele perdón a Dios, devuelvele a Él, el primer lugar en tu vida, y vuelvete al Señor con todo tu corazón. “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” Mateo 22:37

2.      Como mencionamos anteriormente, decide perdonar al otro y perdonarte a ti mismo, pues puede que te sientas culpable por algo que hiciste o dejaste de hacer.

3.      Analiza lo que viviste, y en humildad, pidele a Dios que te muestre aquellas cosas que tienes que cambiar o mejorar.

4.      Tómate el tiempo para sanar, no te involucres a la ligera en otra relación, pues le harás daño a aquella persona que ilusiones, y tu también saldrás lastimado.

5.      Cuídate de mantener una falsa esperanza: Es verdad que en muchas ocasiones, Dios permite la ruptura de relaciones durante algun tiempo para madurar a las dos personas y luego unirlas para cumplir Su proposito en sus vidas. Sin embargo, no siempre es así, Dios interviene para guardarte, y aunque te duela en el momento, el Señor te está guardando que te unas en yugo desigual y sufras toda tu vida.

En conclusión, un clavo no saca a otro clavo: antes de iniciar una nueva relación y herir a otra persona, y salir más lastimado tú, tomate el tiempo para sanar, pero el tiempo no lo cura todo. Si no presentas tu corazón delante de Dios, por más que pasen los días, meses o años no sanarás en tus fuerzas. Así que, ten la plena certeza que esto también pasará y que todas las cosas nos ayudan a bien, el Señor tiene la persona correcta para ti, en el tiempo correcto. ¡Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón!