Necesitamos que esta generación sea del Espíritu, de las Escrituras y de la Oración. Del Espíritu por cuanto debemos tener amistad y comunión con Él. Pero es tiempo de volvernos a las Escrituras, ya no basta con solo leer un pequeño pasaje diariamente, sino de ser personas arraigadas a la palabra de Dios, que conozcan la Biblia.
“…Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.” Josué 24:10
Cuando tú tienes un encuentro no solo con Jesús, sino también con Su palabra, todo en tu vida es cambiado, tu mente solo la puede cambiar el Señor, cuando Su palabra mora en abundancia en nuestro corazón, de eso mismo hablará nuestra boca. La palabra de Dios es esa brújula que nos dejó el Señor, es ese rector, que, diga lo que diga la gente, a donde nos diga la Palabra de Dios, por ahí nos vamos. Por eso, aunque vengan tormentas, aunque estés en medio de esta generación con tantas doctrinas extrañas, si tú estás cimentado en la Palabra de Dios, nada te va a mover.
Es tiempo que como cristianos vayamos al rescate de la lectura de la Biblia y de su aplicación, porque de nada nos sirve ser solo oidores, sino que también seamos hacedores de ella. ¡Volvamos a las Escrituras! Y lo tercero que debemos tener es una vida de oración, tenemos que aprender a clamar a Dios, y librar nuestras batallas de Su mano.
Debemos ser una iglesia del Espíritu, de la Palabra y de la Oración.