Sean sinceros consigo mismos y respondan cada uno en su corazón:

¿Sientes que no avanzas? ¿Te sientes espiritual y mentalmente cansado? ¿Ya no sientes aquella misma pasión por las cosas del Señor como antes?

Puede que la siguiente afirmación te sea familiar y hasta que lo hayas pensado, o lo que es peor, tal vez ya lo estás creyendo para tu vida, pero todos alguna vez hemos experimentado este sentimiento:

Si ya no te sientes motivado, estancado estás, estancado vivirás y estancado te quedarás”.

Pero hoy tengo una buena noticia para ti, ¡Eso no es verdad!

Pero empecemos de apoco y progresivo.

Te preguntarás: ¿qué significa el estancamiento?

Estancamiento se puede decir que es detener y parar el curso y corriente de un fluido; si se ejemplificaría con las aguas.

Si pensamos en un río, cuando las aguas pasan de un estado de fluir y movimiento a estar estancadas muchas veces produce putrefacción. Empieza a surgir de allí un mal olor y todo se debe a que ese fluido no cambia, se mantuvo por un período de tiempo prolongado en el mismo lugar.

¿Qué tan malo es el estancamiento?

Al principio de la vida cristiana, todo nos parece nuevo y fácil. Pero por alguna razón nos llega ese sentimiento de que no avanzamos o que ese avance ya no es tan acelerado como antes.

Pero tienes que saber que esto ¡No es el plan de Dios para nosotros!

Recordemos lo que dice Proverbios 4:18 (NTV) “El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor”.

El Señor no quiere que empiecen con el pie en el acelerador y seas una persona que en el primer tiempo estés fluyendo en todos tus dones y talento, con toda la gloria, esplendor, con toda la luz pero que luego te empieces a apagar. Es todo lo contrario, Él quiere que nosotros avancemos, pero de gloria en gloria, que la luz de Cristo siga iluminando nuestro interior, que el Rio de Dios siga fluyendo en ti y no que llegue ese momento de estancamiento.

El plan de Dios para nosotros es que siempre estemos floreciendo y dando fruto.

Un rio no depende de circunstancias externas ya que depende de una fuente de agua que no se agota, pero el estanque al no tener esa fuente que renueve las aguas es putrefacto. Y la pregunta es:

¿Por qué nos estancamos?

1.       Nos estancamos cuando nos alejamos de Dios.

Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” – Proverbios 14:12 (RVR-60)

Podemos tener una rutina cristiana, podemos tener hábitos religiosos pero que no nos llevan a una genuina relación con el Espíritu Santo.

2.      Nos estancamos cuando no maduramos.

Pensamos solo en el beneficio personal o en nuestra conveniencia.  Cuando somos egoístas.

Pasamos más tiempo pensando en lo que necesitamos y en el “yo” y no en las necesidades que tienen las personas que nos rodean.

3.      Nos estancamos cuando culpamos y nos menospreciamos.

Pensamos que las promesas de Dios no van hacer para nosotros o porque no valemos.

Cuando nos ponemos a pensar que no tenemos una gran familia, dinero, logros o trayectorias, estudios.

Tenemos que salir de esa condición y creer que Dios tiene un plan maravillo con cada uno de nosotros y Dios no necesita que seas de renombre para llevarte a alcanzar cada promesa que Él nos hizo.

4.      Nos estancamos cuando nos dejamos dominar por el temor y por el miedo.

Esas voces externas que nos causan temor y miedo hacen que no podamos escuchar la voz de Dios.

Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?Lucas 24: 32 (RVR – 60)

5.      Nos estancamos cuando miramos hacia atrás.

Nos ponemos a pensar en nuestro pasado y empezamos a extrañar cosas que habíamos dejado a un lado con motivo de seguir a Jesús.

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” – Lucas 9:62 (RVR – 60)

¿Quieres salir de ese estancamiento?Aquí te dejamos dos llaves fundamentales para salir de esa condición:

           🔑Determinación

           🔑Disciplina

           Esto te llevará a crear nuevos hábitos que son positivos, que te mantienen fortalecidos y creciendo en el Señor, como: Orar, leer la biblia, congregarnos, mantenernos firmes en una relación íntima y genuina con el Espíritu Santo.

           Éxodo 2: 15 (NTV) “Efectivamente, el faraón se enteró de lo que había ocurrido y trató de matar a Moisés; pero él huyó del faraón y se fue a vivir a la tierra de Madián. Cuando Moisés llegó a Madián, se sentó junto a un pozo.”

           Cuando Moisés llegó al pozo, él recibió:

·         Dirección clara para lo que iba a acontecer, para lo próximo que venía.

·         Pudo renovar sus fuerzas.

·         Cuando hablamos de pozos desde las Escrituras, hablamos de un lugar de provisión, donde puedes recobrar el ánimo y saciar tu sed.

Los afanes de la vida y nuestras preocupaciones hacen que nos estanquemos muchas veces, por eso es necesario hacer un alto en el camino, sentarnos junto al pozo y renovarnos bebiendo de las aguas de Su Espíritu.