Si lees la historia de la mujer sunamita, podrás ver que ella hizo una habitación para el profeta Eliseo, para que cada vez que él pasara por allí, se desviara y se quedara en su casa, pues ella sabía que él era un hombre de Dios, y como consecuencia de esto recibió 4 milagros, que te contaremos a continuación:

1.      Una respuesta Inesperada: La mujer sunamita no tenía hijos, y sin siquiera haberlo pedido, recibió el deseo de su corazón (2 Rey. 4:14-17).

2.      Él vino en su aflicción: El hijo de la mujer sunamita había muerto, así que ella va y busca al profeta, y él resucitó a su hijo (2 Rey. 4:18-37).

3.      La libró del juicio: Dios estaba preparando un juicio para Israel, y envió hambre a la tierra por 7 años, pero por medio del profeta, le advirtió a la mujer sunamita, para saliera de allí y no se viera afectada (2 Rey 8:1-2).

4.      Trajo restitución: Una vez finalizado el juicio, la mujer sunamita vuelve a Israel, y el Rey le restituyó todo lo que había dejado cuando salió de allí. (2 Rey. 8:3-6).

Si hoy, al igual que esta mujer decides apartar un lugar para Dios y buscarlo, Dios te promete que te dará ese sueño que aun ni te atreves a pedir, causarás que Él venga el día de tu aflicción, te protegerá del juicio y Dios mismo orquestará todo para que en el tiempo perfecto venga tu bendición.