Una tusa amorosa es definida como una "Tristeza o despecho, causados por un fracaso o desengaño amoroso". Dicho fracaso resulta muy común en la vida de un sinfín de personas que buscan atravesar esa temporada y ver una nueva alegría y esperanza en medio del dolor.  

La tusa amorosa comienza cuando la relación se empieza a fragmentar y finalmente se acaba, dejando a su paso preguntas como: ¿Esta persona realmente me quiso o solo me uso?, ¿Será que soy difícil de amar?, ¿Encontrare a alguien que me ame como esa persona lo hacía?, ¿Dios permitió esto?, ¿No soy valioso?

1.       Lo primero que debes saber, es que cuando una relación no funciona no es culpa de una sola parte, no se puede buscar siempre un culpable, debes mirarte al espejo y reconocer primero tus errores.

2.       Si sabes que fallaste, pídele perdón al Señor, perdónate a ti mismo y pídele perdón a esa persona. No consientas rencor, porque puede convertirse en una raíz de amargura y no es sano.

3.       Deja de idealizar y de llenarte de falsas expectativas, porque eso hace que te desilusiones de la otra persona. Recuerda que el único que jamás va a fallarte es Dios, por ello mira a la otra persona con compasión, cómo Dios la vería y no como un victimario o tu enemigo. En entender esto hay madurez, pues todos somos humanos y tenemos errores.

No olvides que el único amor perfecto es el de DIOS.

4.       Dale el primer lugar de tu corazón y de tu vida a Dios, pues cuando él te llena de Su perfecto amor, de su paz, de su consolación, él echa fuera todo temor. Pon tu confianza en Dios, permite que venga sanidad y que él te guíe a la persona correcta.  

5.       Vive tu proceso de duelo y luto, llora lo que sea necesario y cierra ciclos.

6.       Pon tu corazón en neutro, y no te lleves a otra persona por delante si no has sanado de verdad. Date tiempo y espera en Dios.

7.       No te atormentes con fotos, o revisando redes sociales todo el tiempo, ¡SUELTA!

8.       Cuidado con tener falsas esperanzas, rinde tu vida en manos de Dios y aprende de este proceso.

Si no presentas tu corazón delante de Dios, por más que pasen los días, meses o años no sanarás en tus fuerzas. Así que, ten la plena certeza que esto también pasará y que todas las cosas nos ayudan a bien, el Señor tiene la persona correcta para ti, en el tiempo correcto. ¡Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón!” Pastor Juan Sebastián Rodríguez