Si como familia sienten el menosprecio y la humillación, si les han hecho injusticia, si su historial ha sido de derrota y no han podido triunfar, avanzar y conquistar, realicen juntos este altar familiar, pues Dios puede ungirlos como lo hizo con Gedeón, para romper esas cadenas que los tienen atados al fracaso, y levantarlos bajo la unción del Espíritu Santo con victoria.