Esa fue la pregunta que por varios años Santiago se hizo sin parar, solo pongámonos en sus zapatos, un joven nacido en cuna cristiana, con una familia que le enseño principios y temor del Señor, pero que con un segundo de una imagen inesperada quedo cautivo y prisionero, llegando al punto de pensar que su única salida era la muerte y el mismo suicidio.
Quizá al leer estas líneas encuentres en Santiago alguien con quien identificarte, quizá en su historia veas esa luz de esperanza que estabas buscando. El problema radicaba en que él creía que podía controlarlo, el creía que podía solucionarlo solo y además los pensamientos de culpa y vergüenza que agobiaban su mente no le permitían contarle nada a su mamá, era algo que seguía creciendo y que lo ahogaba espiritualmente. Ya no oraba, no leía la Biblia, la relación con su familia era cada vez peor y el tormento que sentía por vivir una doble moral era insoportable.
Hasta que en un momento todo cambio, postrado en su habitación le dijo al Señor “Si eres real, ayúdame, quiero ser libre de la pornografía, quiero soltar este peso que me está acabando y sentir esa paz que solo tú me puedes dar, ayúdame” Allí le llegó una notificación de un servicio en vivo de YouTube y vaya sorpresa, era la respuesta de Dios, se encontró con una predica de Avivamiento, una palabra de fuego que avivo su espíritu y que partió su vida en un antes y un después, sintió el amor de Dios que corrige, pero que restaura, soltó esa carga pesada y se encontró con la más preciosa realidad, la amistad del Espíritu Santo.
Después de llorar por varias horas, se levantó de nuevo y tomo la valentía de contarle a su mamá, de pedir ayuda, de hacer planes de acción para protegerse y no caer en lo mismo. Hoy sirve con toda su familia en el Avivamiento y puede testificar que Dios es fiel: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36
La realidad de la pornografía es algo a lo que no podemos ser ajenos, es un mal que sigue creciendo en esta generación y que debemos detener a toda costa.