Como seres humanos tendemos a limitar nuestra satisfacción a las circunstancias y nuestra alegría está ligada a las situaciones. Por ejemplo; nos sentimos felices si las cosas salen como esperábamos, si lo gramos lo que nos propusimos o si no tenemos conflictos con nada ni nadie.
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11 RVR 1960
Con este versículo podemos entender que la satisfacción es una decisión que tomamos teniendo la plena certeza de que Dios tiene el control. Debemos entender que nuestro gozo proviene solo de Dios como ese fruto del espíritu. Cuando logremos entender esto, nuestras vidas estarán satisfechas porque sabemos que aún en medio de las dificultades Él está con nosotros. Dios es quien está por encima de las circunstancias porque Él tiene el control.
No dejes que a raíz de las circunstancias tus pensamientos sean los que tomen el control de tu vida, sino que la palabra verdadera y absoluta de Dios sea la que te sostenga y puedas vivir y andar conforme a lo que Dios te ha dicho. ¡Él es quien tiene la ultima palabra!
Si tú tienes una palabra de Dios, es más poderoso que cualquier otra cosa a tu alrededor porque sobre ti esta la palabra con la que Dios sostiene todas las cosas. Cuando Dios te da una palabra esa palabra va a ser lo que Dios decretó que va a ser.
Pastor Ricardo Rodríguez
Foto:
Priscilla Du Preez