Alejandro el grande, en el siglo III a.C. en las costas de Fenicia hizo algo inesperado, cuando llegó con sus barcos ordenó quemarlos, y le dijo a su ejército, que la única forma de regresar a sus hogares, era derrotando ese triple ejército de enemigos y volviendo en sus barcos, ¡eso es estar decididos a no mirar atrás!
Mientras haya barcos a donde huir, nuestro corazón abre un espacio a la derrota, cuando decidimos no mirar atrás, nos espera una sola cosa: “Victoria tras victoria”.
“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” Lucas 9:62.
Existe un lugar, una condición en la que tú no has estado, ya no eres esclavo de Satanás, ni de sus demonios, pues Dios te sacó de la esclavitud. Pero hay un lugar que tú no has visto y que Dios te lo promete hoy, un lugar en el que Él te introduce en la buena tierra.
Si te preguntas: ¿Por qué no he entrado en esa condición? Hoy te traemos dos posibles causas que te han impedido entrar en la bendición:
1. Incredulidad:
Si creyeras todo lo que la Biblia dice, estarías disfrutando de la bendición de Dios, así que debes decidir, o te quedas en la queja, peleando con Dios, en una condición de tibieza espiritual; o dejas de ser negligente y vas y posees la tierra que Dios te ha dado, toda la bendición que Jesús ganó en la Cruz, lo que Él derrotó, las victorias que Él trajo para ti, triunfando en la Cruz del calvario.
Si tú te resuelves a salir de esa indiferencia, tibieza espiritual, de la falta de pasión y de compromiso, de la queja, de la crítica y de la murmuración; vas a vivir las cosas más maravillosas que jamás subieron a su mente y a su corazón. La heredad, la buena tierra que Dios te promete.
2. Falta de confianza en Dios:
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” Jeremías 17:5. Que sólo Dios sea tu confianza. Levantarte y creer en Él.
¿Por qué no has entrado? ¿Hasta cuándo vas a esperar y entrar en todas sus promesas? ¿Por qué sigues en el territorio de la incredulidad, de la indiferencia y de la tibieza? ¿Por qué permaneces en ese territorio? ¿Por qué seguimos plantados en el lugar del “no se puede”? ¿Cuándo vas a salir de allí?
Porque el Señor te promete: “tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado” Deuteronomio 8:7-10.
Cuando te levantas, activas todas las promesas, es como si se prendieran las alarmas celestiales, y la orden de Dios es soltar la bendición sobre tu vida.
Cuando alguien sale de la queja y comienza a creer, cuando alguien sale de la tibieza y se apasiona por Cristo, se activan las bendiciones y la gente comienza a decir: “Estos son linaje bendito de Jehová, Dios está con ellos”.
Cuando tú sales de la indiferencia y vienes para caminar firme, consagrado a Dios, entonces el bien y la misericordia estarán a tu alrededor: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” Salmo 23:6.
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