En la Biblia el Señor Jesús nos da un modelo de oración en el Padre Nuestro, pero después de esto, en el Evangelio de Lucas y capítulo 11, Él nos da una parábola acerca del hombre que va a su amigo a media noche a pedirle unos panes, para atender a un amigo suyo que llegó de visita. Y en el verso 8 dice: “Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite”.

Esa palabra “Importunar” en el original es “Anaidea”, y es una palabra única en el Nuevo Testamento, y traduce: Ser insolentes y descarados. Y esta es la actitud que Dios espera en nuestra oración cuando nos dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Smith Wigglesworth dijo: “Si Dios no se mueve, yo muevo a Dios”.

En este tiempo Dios está haciendo un llamado a Su iglesia, es necesario volver a *“Anaidea” *necesitamos importunar el cielo por nuestras bendiciones, al punto que los enemigos tengan miedo de nuestras oraciones.

Aunque esta palabra es única en el nuevo testamento, a lo largo de la Biblia hay muchos ejemplos de gente que hizo oraciones “Anaidea”.

Bartimeo:

Si tú quieres que tu oración sea *“Anaidea” *e importune el cielo, entonces, es necesario que tengas niveles más altos en la oración y vayas por encima de la oposición.

Jairo:

Había sido enemigo de Jesús, había sacado las familias de la sinagoga porque seguían a Jesús, y ahora estaba postrado rogándole que fuera con él, pero en el camino le dicen que su hija ha muerto, entonces Jesús le dice: “No temas, cree solamente”, es decir, que su oración debía ir por encima de su temor. Eso es “Anaidea”, ese tipo de oración tiene que ir por encima del temor y de la oposición

Josué:

Cuando Dios dice que pidamos, busquemos y llamemos, lo que expresa es continuidad, no es de pedir una vez y seguir de largo, sino acosar al cielo, insistir, importunar, interrumpir como la viuda que atormenta al juez. Esa es la forma de orar en tiempos de crisis.

Veamos ahora el caso de Jabes, quizá estás como él, no deseado por tus padres, abandonado por tu conyuge, traicionado por tus amigos y no te sientes importante para nadie, pero Jabes está en la Biblia por ti, para que cambies tu circunstancia y hagas una oración “Anaidea” como la de él.* “!!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”*. Acosó el cielo y Dios le dio lo que le pidió.

Jabes fue proclamado el hombre más ilustre y rico de todos los hombres de su país, aunque nació en desgracia, él acosó el cielo y Dios le dio lo que pidió.

Cuando decimos que se haga la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo, y ¿Cuál es Su voluntad? Él dice: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”. ¡Él se deleita!

Si estás pensando todo el tiempo si tu bendición es la voluntad de Dios o no, nunca lo vas a recibir. Hay momentos donde no puedes detenerte a pensar. La mujer Sirofenicia dice la palabra que iba dando voces y la palabra literal es graznando, chillando, gritando. Ella importunó el cielo y aunque el Señor le dijo que no era el tiempo, obtuvo su bendición.

Has estado orando y no ves que el cielo se mueve a tu favor, es tiempo de “Anaidea”, de mover la mano de Dios a tu favor. Importuna el cielo y pelea la bendición.

¿Sientes los cielos cerrados en tu vida y en tu familia? Debes saber que con el Espíritu Santo vienen todas las bendiciones, Él te mostrará lo que Dios te ha prometido, dile al Señor: “Dame el fuego y dame la unción”.