TuTiendaCristiana.com  una de las tiendas virtuales más importantes de productos, libros y música cristiana, ha señalado a los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez en su revista (edición N° 32) Diciembre 2015 como “El Personaje” un reportaje que habla acerca del Avivamiento que Dios nos ha dado.

Puedes leerlo a continuación:

Ricardo y Ma. Patricia Rodríguez no soñaron con ser pastores ni dirigir multitudes. Sin embargo, hoy es difícil sacar la cuenta del número de ovejas que pastorean en el Centro Mundial de Avivamiento: más de 25 mil personas en la sede principal en Bogotá, otros cientos que se conectan online y unos cuantos más que los siguen por televisión o radio.

Han predicado en Asia, África, Europa y casi todos los rincones de América, sin embargo, afirman: “No hemos visto nada como lo que se vive en Colombia”. Se declaran fanáticos de las Escrituras y de pasar tiempo con el Señor, “tildados de locos” y “expertos en evadir piedras”, dice la pastora Patricia. Están casados hace 26 años, son padres de cinco y abuelos de diez.

Para** tutiendacristiana.com**  fue un privilegio conocer la historia de estos avivadores, durante el aniversario número 25 de su iglesia y el lanzamiento de su reciente libro: Mi mejor amigo, un homenaje al que les cambió la vida y les ha soplado todas las ideas para edificar una de las iglesias más grandes de Latinoamérica: el Espíritu Santo.

30 años atrás Ricardo y Ma. Patricia tomaron una decisión que les cambió la vida. Viajaron a una finca para hablar seriamente sobre su deseo de servir a Dios: “Nos arrodillamos y dijimos: Señor, nosotros y nuestra casa te vamos a servir, así tengamos que vivir debajo de un puente o predicar en la calle, narra el pastor Ricardo.

Él nunca se imaginó que esta oración sería el principio de una iglesia como la que tienen ahora, con miles de creyentes, dos reuniones dominicales y una de milagros cada semana. Además, con auditorios que se conectan online desde Medellín, Cali, Bucaramanga, Villavicencio, Buenos Aires, Olavarría, Miami y Nueva York.

Esa misma noche asistieron a una reunión en la que una profeta les aseguró: “El Espíritu del Señor me dice que ustedes tienen que ir tres días de ayuno, Dios les va a hablar”. Ayunaron y justo al terminar ese tiempo, él recibió un sueño y una Palabra en Isaías 45. Ella, una visión de Colombia y las naciones reverdeciendo espiritualmente, cuando nuestro país era un “desierto espiritual”.

Al siguiente día entraron al instituto bíblico, dando los primeros pasos hacia su llamado ministerial, aunque no soñaban con ser pastores. Dicen que ni siquiera se sentían dignos de ser cristianos, pero fue tan comprometedor su voto, que hasta el día de hoy sus hijos y sus nietos mayores sirven en la casa de Dios.

Llevan 26 años de casados y 25 de ministerio. Sus mensajes se escuchan a través del programa Él puede hacerlo de nuevo, que transmiten por el CANAL Uno, Enlace y sus propios medios: la emisora Aviva2 y el canal de televisión ABN. También se leen en cuatro libros y hasta se cantan en cinco producciones discográficas.

Convocan a miles en Avivamiento al parque, que llena cada fin de año la plazoleta de eventos del Parque Simón Bolívar, y en el Congreso Mundial de Avivamiento, un evento anual que este año congregó 20 mil personas de 54 países. Es una de las reuniones más grande de líderes y pastores del mundo, a pesar de que tiempo atrás a muchos les daba miedo venir a Colombia por la inseguridad, y se transmite en vivo en siete idiomas.

“Hay un pasaje en la Escritura que dice que uno hará huir a mil y dos a diez mil, eso muestra que el trabajo de dos es diez veces más eficaz. Para mí el ministerio es mil veces más fructífero con Patty”, comenta el pastor, mientras que la pastora Patricia aclara entre risas que aunque van juntos a todo lugar “oramos independiente, a menos que sea una batalla especial”.

Los caminos hasta EL CAMINO

La infancia de la pastora Patricia tuvo un principio dulce. En uno de sus libros evoca el recuerdo de cuando su padre la llevaba al colegio y le daba el “beso, beso” antes de despedirse. Es la menor y única mujer entre sus cuatro hermanos, y fue la adoración de su papá hasta los nueve años cuando falleció en un trágico accidente y dejó una herida profunda en la familia en la que solo él era creyente.

Su mamá renegaba de Dios y de todo lo que se le relacionaba. Su rechazo llegaba al punto de orar: “Dios, no te metas conmigo y yo no me meto contigo”. En su casa todo se valía: “El uno veía ovnis, el otro meditaba”, cuenta. Justo en ese contexto, alguien le habló de Jesús y su transformación fue tan sorpresiva y radical que todos los suyos hoy son cristianos.

El pastor Ricardo creció en una familia católica de once hermanos. Su abuelo le contaba historias bíblicas y le decía que él sería sacerdote. Tiene recuerdos nítidos de cuando, cansado de jugar fútbol, se acostaba en el pasto, cerraba los ojos y veía multitudes y a él mismo enseñándoles la Biblia. No entendía que eran visiones de lo que haría de adulto: “Yo pensaba que eran castillos en el aire”, recuerda.

Pero esas visiones no lo libraron de las presiones de la juventud: “Todo lo que el mundo ofrecía me arrastró, los amigos, la vida desenfrenada. Disfruté de eso un par de años, luego todo fue desgracia”, afirma.

“Me preguntan: Pastora, ¿cuál es el secreto, el método de la iglesia?, y cuando les digo que no hay ningún secreto, no hay ningún método, se ponen bravos. No me creen que lo único es buscarlo a Él, que es la presencia de Dios”, Patricia Rodríguez.

Allí, en medio de la “desgracia”, Dios tocó la vida de esta pareja, expresa el pastor: “En nuestra familia, creo que nadie tenía esperanza en nosotros. Los hermanos de Patty eran más prósperos. Mis hermanos eran más santos, yo era la oveja negra, donde no había esperanza, Dios hizo algo tremendo”.

El mejor AMIGO

En su último libro, Mi mejor amigo, el pastor Ricardo narra momentos memorables en su maratónica búsqueda por el Espíritu Santo: cuando fue bautizado en lenguas y el 28 de abril del año 89 durante la visita del evangelista Benny Hinn a Bogotá, registrada en el libro Buenos días Espíritu Santo, en la que literalmente el predicador bajó de la tarima y se sentó en la primera fila para ver como Dios actuaba. Allí mismo, recibió la confirmación de su llamado y el 24 de octubre de 1990, junto con su esposa, inauguró la iglesia en la sala de su casa.

Pero cuando se trata de elegir el momento en el que ha visto a Dios más real que nunca, no duda en mencionar el del año 93 cuando, luego de pasar varias pruebas y terminar de leer unos libros sobre el avivamiento en Estados Unidos, postrado le pidió de forma muy sencilla al Espíritu Santo que se dejara conocer. La respuesta no se hizo esperar y en medio de un llanto incontenible pudo experimentar a Dios durante varias horas.Escoge este momento porque a partir de allí nada fue igual: las esporádicas liberaciones, sanidades y milagros de antes, se hicieron cosa de cada semana, los forzados devocionales de máximo una hora, se alargaron deliciosamente y los esfuerzos que realizaba con Patty para que las personas fueran a la iglesia, se transformaron en cinco jornadas anuales de bautismos de entre tres mil y cinco mil personas, y presentaciones de diez mil niños.

El antes y después de esa experiencia lo resume como una dependencia total del Señor: “Llevo 22 años en que puedo hablar más de cinco horas con el Espíritu Santo todos los días, hablo más con Él que con mi esposa”, narra. Esa amistad con Dios le ha permitido ser espectador de cosas maravillosas, como el milagro documentado por medios internacionales de una mujer que sin matriz quedó embarazada y dio a luz.

Si algo ha aprendido en su peregrinaje, es que para ser amigo del Espíritu Santo debe desarrollar perseverancia. Para ilustrarlo, compara una relación matrimonial y una de adulterio: “El Espíritu Santo no quiere que uno juegue con Él como si fuera una relación adúltera, que es solamente el momento: quiero que me toque, quiero sentir, que me caiga, que algo pase, que tiemble. No, Él quiere una relación sólida, de pacto, de koinonía, de comunión constante”.

Agrega que, una vez que Dios se deja encontrar es importante no dejarlo ir, sino aferrarse al deseo de estar cerca de Él. Quizá por un tiempo parezca lejano pero solo está escondido observando qué tanto estamos dispuestos a buscarlo y esperar su manifestación y qué tanto confiamos en sus promesas, de que estará con nosotros, responderá y premiará a los que lo buscan.

Bendita PERSECUCIÓN

En el año 95, siendo anónimos y con una iglesia que no pasaba de 70 asistentes, convocaron a una conferencia sobre el Espíritu Santo por medio de una corta cuña radial. Alquilaron el salón más grande de la ciudad para ese entonces y quedaron más que sorprendidos al verlo atestado, hasta el punto de tener que cerrar las puertas y dejar personas por fuera.

Poco tiempo después iniciaron los servicios de milagros de cada viernes. Vinieron muchas maravillas y también persecución. La Fiscalía les advirtió sobre personas que querían hacerles daño y en el año 97 grupos al margen de la ley los amenazaron directamente, lo cual los llevó a trabajar desde la casa y mantenerse en contacto con la iglesia  por medio de su equipo ministerial. “Escondernos nos protege de enemigos como la adulación, un rival del ministerio”, comenta el pastor Ricardo respecto a la fama.

Superar ese y otros retos no ha sido fácil: “Siempre que Dios da una promesa, medimos nuestras fuerzas. El Señor le dijo a Moisés que le iba a dar carne por un mes al pueblo, creo que él contó todas la ovejitas que tenía y pensó: No va a alcanzar sino para un a”, narra el pastor.

Alguno de los retos fue adquirir una bodega con capacidad para 25 mil personas. Llegaron a un pedazo de ese espacio gigantesco hace 16 años, sin saber cómo iban a pagar el arriendo de 20 millones de pesos. “Le creímos al Señor, ese día nos descalzamos, pisamos el lugar, oramos, el dueño nos lo entregó y cuando se fue dijimos: Dios mío, ¿cómo vamos a llenar este gigante?, ¡esto es impresionantemente grande! ”, cuenta la pastora.

Fue el mismo dueño del lugar el que empezó a negociar la venta, a pesar de que ellos le aclararon que no tenían ni siquiera fiadores. El pastor Ricardo le advirtió: “No me voy a endeudar con un banco ni voy a pagar intereses porque es una orden que tengo de parte de Dios”.

“Somos una pareja que Dios llamó y que ni siquiera creía en sí misma. Nadie creía en nosotros, fuimos levantados por la gracia de Dios y en este momento consideramos que seguimos siendo los mismos: nadie, porque aquí el que es importante en verdad es el Espíritu Santo”, Patricia Rodríguez.

Ahí empezaron los milagros: “Acordamos un pago como de seis años sin intereses, el dueño nos pasó el saldo a dólares, cuando subía y subía tremendamente. Pero una vez firmamos, el dólar empezó a bajar”, relata la pastora Patty y añade “y nos fue vendiendo otra parte y otra parte, y nos fuimos metiendo”. No fue cosa de un día para otro, duraron ocho años esperando que otro personaje les vendiera una porción de tierra para completar la que necesitaban.

Ahora tienen el gran reto de construir, en ese mismo sitio, el templo más grande de América, con capacidad para 40 mil personas, y en simultáneo a sus cultos actuales: “Es toda una obra de ingeniería”, afirma. Estos desafíos los enfrentan con la Palabra de Dios que soporta su ministerio: … No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos, Zacarías 4:6 (NTV).

Volviendo a la IGLESIA PRIMITIVA

Pastores de todo el mundo visitan el Centro Mundial de Avivamiento para experimentar el mover del Espíritu Santo y llevarlo a sus naciones: “Nos sorprende de buena forma porque todo lo que hacemos nos lo enseñó el Señor. Tenemos que ir de rodillas y decirle:Gracias, fuiste tú ”, dice la pastora.

Lo que ellos quieren es, en palabras del pastor Ricardo, “una copia real de la iglesia apostólica, porque así como nació, debe ser”. Han dispuesto el auditorio como una ciudad con calles y carreras que reciben nombres de lugares bíblicos. Tienen un numeroso coro, tanto de adultos como de niños, que cantan y bailan las canciones de Avivamiento y gritan junto con la iglesia “Amén, amén”, en respuesta a la palabra que se declara en el púlpito.

“Conocer al Espíritu Santo es algo que revoluciona todo porque deja de ser un Dios distante, que sabemos que vive en nuestro corazón pero está lejos”, Ricardo Rodríguez.

No quieren una iglesia aburrida sino embriagada del Espíritu Santo: “La iglesia tiene que tener todo: Palabra, mover del Espíritu, milagros maravillas, señales. Somos la iglesia postrera y la gloria tiene que ser mayor”, concluye el pastor Ricardo. Ella dice que “si dejamos que el Espíritu Santo sea el pastor de la iglesia, Él nos puede llevar a lugares y planes sin límite”.

Tomado de  TuTiendaCristiana.com