La soltería no es una enfermedad como muchos lo ven, es simplemente una etapa de la vida, pero es una etapa fundamental. Así como el gateo es importante para los niños y hay diferencias entre los niños que gatearon y los que no gatearon, de igual forma la soltería forja las bases para las siguientes etapas de la vida

Muchos tienden a pensar en el mito de la media naranja, andan por ahí pensando que están incompletos, o esperando a que algún día una pareja llene los vacíos que tienen en su interior.

Comencemos por dejar en claro que Dios conoce tu corazón, y por supuesto que, si tienes el anhelo de tener pareja e hijos, Dios también desea que puedas tener una maravillosa familia, así que no temas a la soltería y aprovéchala grandemente para crecer.

Algunos comienzan una relación de noviazgo y matrimonio, por el miedo a quedarse solos, y debes de saber que esa es una muy mala motivación porque a futuro traerá graves consecuencias.

Eclesiastés capítulo 3 dice “todo tiene su tiempo debajo del sol” todo lo que se hace fuera del tiempo de Dios es desastroso.

Mateo 22: 36-39 nos recuerda que, si no hemos aprendido primero amar al Señor con todo el corazón, no podremos amar a nuestro prójimo, pero cuando tenemos comunión con Dios y Él es el número uno en nuestras vidas, estamos un paso más cerca de establecer una relación con otra persona.

En la soltería debes aprender a amar a las otras personas reconociendo que no son perfectas, no idealizando las relaciones como Disney te las ha mostrado, en esta etapa aprenderás a no ser egoísta, ni buscar llenar tus carencias, en una relación no se busca que se llenen tus caprichos sino se trata de unir fuerzas y hacer un equipo, muchas veces aprenderás a morir a ti mismo y abrazar a la otra persona.

La soltería es una gran etapa de la vida, no le tengas miedo, aprende a aprovecharla al máximo porque Dios tiene grandes cosas que enseñarte y desarrollar en ti, para que pases a la siguiente etapa preparado y sin vacíos que podrían afectar tu noviazgo o matrimonio.

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