Seminario de la familia
Este tiempo de pandemia ha pasado por nuestras vidas dejando importantes enseñanzas, así como una fe única y ferviente en Dios. Hemos aprendido que el primer ministerio que Dios nos dio es nuestra familia y por ello miles de hogares han sido el blanco del enemigo.
Se ha comprobado que el nivel de divorcios ha aumentado, la violencia familiar ha crecido, pero es tiempo de fortalecer nuestros hogares y el fundamento de ellos en la roca inconmovible que es Cristo.
Hoy en blog de Avivamiento queremos compartir varios de los tesoros que recibimos en los primeros dos programas del Seminario de la familia.
- Dios es un Dios relacional, desde Génesis lo vemos “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” Gn 1:26, él espera que tengamos una relación con él, con nuestros padres, nuestra pareja, con nuestros hermanos, nuestros pastores.
- No podemos dejar que nuestro pasado justifique nuestro presente. En la falta de perdón la persona que más sufre es la que es incapaz de perdonar, es el doblemente herido y la vida se convierte en una pesadilla aún estando despierto.
“El estar cerca y encerrados genera roses, pero debemos saber que el Señor nos está moldeando y que él nos mandó a perdonar setenta veces siete”
Pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez
- Tenemos que perdonar y salir del encierro, pues los únicos afectados somos nosotros.
- Aun desde el vientre se llega a sentir el rechazo, y se convierte en una persona que se hace rechazar.
- Es necesario pasar la hoja, y saber que seremos consolación para otros, que seremos restaurados.
- No nos podemos hacer una ilusión mentirosa del matrimonio, del hogar, de los hijos, no esperes más para correr y perdonar al que te ha hecho daño, así como de pedir perdón
- Al perdonar se abre la puerta de la sanidad, es algo científico.
Con cada parte de este seminario sana tu corazón, suelta tu carga y prepárate para recibir cada bendición que el Señor tiene para ti. El perdón es un único antídoto para el dolor, por eso haz de él un estilo de vida, pues el Señor quiere sanarte y darte un nuevo comienzo.
En esta segunda parte sobre el perdón, nuestros pastores nos enseñaron lo importante que es dejar al Espíritu Santo limpiar nuestro corazón y no permitir que brote en Él una raíz de amargura.
Compártelo y saca el mejor provecho de cada enseñanza en este Seminario de la familia.