El pasado jueves, 26 de octubre, nuestra pastora María Patricia Rodríguez trajo un programa de café con Dios a cerca del trasfondo de Halloween, con el propósito de desenmascarar esta práctica pagana de la cual muchos creyentes aun no entienden la gravedad de tal celebración.
En primer lugar debemos atender lo que dice la palabra de Dios en las Escrituras: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”. Efesios 5:11 RVR 1960

Es necesario entender que Halloween NO es una actividad de diversión para los niños, sino una actividad netamente satánica en la que principados de las tinieblas toman provecho para realizar obras malignas.
“Comenzar a participar de esas fiestas es abrirle puertas a satanás”.

Para conocer la razón por la cual como creyentes no deben participar de las celebraciones de Halloween, la pastora María Patricia Rodríguez compartió con los oyentes el trasfondo cultural de tal fiesta pagana:
El Halloween, también conocido como “noche de brujas”, es una celebración y tradición europea de origen celta, y sus raíces están vinculadas a la conmemoración del “samhain” y la festividad del “día de todos los santos”, celebrada a la medianoche del 31 de octubre.

Los celtas eran una población antigua de Inglaterra y tenían fascinación por el ocultismo. Estos pueblos celebraban el último día de octubre con el festival de “samhain” a quien consideraban como el señor de la muerte, y los celtas creían que samhain permitía a las almas de todos los muertos regresar a las casas la noche del 31 de octubre. Aunque existen muchas versiones del origen de esta celebración, no cabe duda que si los padres permiten que sus hijos participen en esta celebración, es una puerta que se le abrirá a Satanás, solo por el hecho de ser una fiesta secular. “Como creyentes debemos ser radicales y no admitir costumbres mundanas y paganas”.

“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”.
Jeremías 15:19 RVR1960

Es muy frecuente ver a padres de familias que dicen no verle ningún mal al disfrazar a sus hijos, siempre y cuando sea un disfraz con el cual tenga una apariencia tierna e inocente.
Afirmaciones como:

  • *“Puedo disfrazar a mi hijo de leoncito o abejita. Si se ve tierno no veo por qué sea malo” *
  • “Todos los amigos de mi hijo se divierten y no soporto ver a mi hijo triste sin participar y divertirse con los demás niños”

“Aunque todos los niños participen en estas fiestas, como creyentes debemos hacerles entender a nuestros hijos que esto no le agrada a Dios y abrir sus ojos”

La actitud correcta de los padres es enseñarles a sus hijos. Es hacerles ver a sus hijos la realidad de las cosas, llamar a las cosas por su nombre, llamar a lo malo, malo y a lo bueno, bueno.
“Nuestros hijos deben aprender a hacer el bien hasta que se vuelva para ellos una costumbre”.
“De nosotros depende permitir que nuestros hijos se contaminen de estas celebraciones seculares o protegerlos y guardarlos para el señor”.