La Reforma produjo un impacto sobre el pensamiento religioso, filosófico y sin ella habría tiempos oscuros, no se viviría este Avivamiento, el mundo se habría privado de cientos de milagros, maravillas y prodigios porque todos sin excepción vivirían creyendo en una religión.
Hoy, gracias a la reforma millones de personas creen en la veracidad de la Palabra, en Jesús como único Salvador, viven por fe, reconocen la profundidad de la gracia de Dios y la gloria de todo es solo para Dios, no para los hombres.
Sin Martín Lutero no hubiera dispuesto su corazón, seguramente el Señor habría usado otra persona, en otra época para traer lo que hoy se conoce como un despertar en la iglesia “la reforma”.
¿Pero qué sería de nuestro tiempo sin la reforma?
• La Biblia no estaría traducida a diferentes idiomas, tampoco habría tantas versiones de las que hoy goza el mundo entero.
• No habría un avivamiento ni iglesias cristianas y por consiguiente no se verían los milagros, la multiplicación, la libertad de adorar al Señor, pocos serían salvos y nadie tendría una Biblia en su casa.
• Habría falta de alfabetización y fomento de la educación, ya que Lutero estaba interesado en que los cristianos leyeran la Biblia, lo que se fomentó la escolarización universal.
• No habría un despertar en la economía, Max Weber filósofo, aseguraba que la reforma permitió un despertar económico, ya que los cristianos eran propensos a asistir a escuelas de artes técnicas y a trabajar con diligencia, lo fue central en la creación del capitalismo moderno.
• Europa y el mundo no habrían sido re evangelizados y menos personas serían salvas.
• Y aunque no parezca el arte tampoco tendría cambios humanistas, no habría escenas de narrativas de la Biblia, ni imágenes morales de la vida moderna, ya que el arte solo mostraba santos.
• La música en las iglesias sería en Latín y las obras de teatro tampoco estarían en varios idiomas.
• Los pastores no se casarían.
• Los creyentes adorarían ídolos e imágenes religiosas.
• El mundo viviría solo una religión, no conocería el nombre “reforma” y no se hablaría del oscurantismo.
• Las universidades no estudiarían esta época como un proceso clave en el avance social, cultural, religioso, político y hasta tecnológico.
Por eso hoy podemos celebrar que vivimos un despertar desde hace 500 años…