Los pastores Ricardo y Ma. Patricia Rodríguez cada fin de semana abren su corazón y motivan a todas las ovejitas del Avivamiento a cuidar su relación con Dios y a cuidarla como el más valioso tesoro. Muchas personas piensan que estar en la presencia de Dios es una atracción, una experiencia o un momento donde se siente un poco de unción y se acaba en determinado momento… Pero ¡No es así! Si tú no comprendes el valor de la presencia de Dios en tu vida, la vas a menospreciándola.
“Cuando Israel estaba en el desierto, Dios manifestó su presencia a través de una nube. Esta nube fue una manifestación física de la promesa de Dios de estar con su pueblo. Bajaba y cubría el tabernáculo de noche y de día, y actuaba como su guía para cada tarea. Cuando la nube se movía, ellos se movían, y cuando se quedaba, ellos se quedaban. El pueblo no necesitaba hacer una reunión para tratar de descubrir su dirección. Ellos ponían su confianza en esa nube visible de la presencia de Dios.” aseguró David Wilkerson, pastor y autor de cerca de 40 libros del cristianismo.
Un Avivamiento viene cuando la nube de la presencia de Dios viene, no hay otra manera y esta tiene tal trascendencia que trae consigo bendición, transforma vidas y naciones enteras. Solo una decisión tuya puede hacer que esa nube venga sobre tu vida y te llene con la gloria de Dios.
La presencia de Dios tiene tal valor que no la puedes ignorar. No se trata de emociones, sino no de la trascendencia que tiene, pues transforma vidas, familias y naciones enteras. Si tú traes la presencia de Dios a tu casa, prepárate porque serás bendecido en todo lo que hagas, y no solo tú, sino tus hijos y tus nietos. ¡Tendrás una generación para Él! No se debe menospreciar la presencia de Dios, no darle valor trae muerte, los sueños se hacen estériles y la bendición se va. Cuídate de menospreciarla, entiende el valor de su presencia y has un pacto hoy con el Señor, de buscarlo diligentemente y desearlo todos los días.
Pide que venga y ¡Llene tu casa con Su gloria!