Cesar un bailarín de salsa profesional que se burlaba de todo lo que pasaba en Avivamiento a través de la televisión, fue tocado por el Señor a través del mismo medio y su vida fue restaurada del alcoholismo y sustancias psicoactivas.
Por 18 años Cesar conoció las drogas y el alcohol, se encontraba en un mundo oscuro que conoció a través de su profesión como bailarín de salsa profesional, la cual se había convertido en su ídolo, dejando de lado a su esposa e hijos.
No había día que no bebiera alcohol y cuando llegaba a su casa, tenía por costumbre pasar canales de televisión hasta llegar ABN T.V, para burlarse diciendo que las personas que testificaban en el púlpito, recibían beneficios monetarios, o, le preguntaba a su esposa que si sería que allá los hipnotizaban.
Llegó el día en que Cesar necesitó pedir auxilio, había salido de trabajar y excedido por el consumo de sustancias alucinógenas, se sentía muy mal y como si estuviera sumergido en un profundo abismo sin salida, levantó su mirada al cielo en medio de la fría noche capitalina y observó que la luna estaba oculta entre nubes oscuras, como si ese instante representara su situación de desolación.
Fue entonces cuando Cesar elevó una oración al cielo “**Dios ayúdame si es que me estas escuchando **“agregó “.
Llegó a su casa y tomó una biblia que su mamá le había regalado hacía 25 años, la abrió en un salmo y comenzó a llorar por una hora y media, sentía que no se podía contener, después de esto le pidió a su esposa que le pusiera ABN T. V, y ella sorprendida le preguntó que si estaba seguro; él le contestó que totalmente.
Pasaron 4 horas y Cesar le dijo a su esposa que se vinieran a la iglesia con los niños. Al llegar, habían caminado 20 pasos cuando él le dijo a Marcela: “¿tú estás sintiendo lo mismo que yo? “; y era que sus pies y manos se habían adormecido, su cuerpo en general no paraba de temblar; siguieron caminando y aunque la iglesia estaba llena, encontraron 4 puestos para ellos, César sostiene que Dios los estaba esperando.
Cuando salieron del servicio él le dijo a su esposa que tenían que seguir asistiendo a ver qué pasaba. A a los 15 días exactos Dios lo hizo libre, llevaron a Cesar a la tarima, luego tuvo que bajarse, sentarse en una silla mientras se sobreponía y cuando iba de regreso a su asiento sintió que el poder de Dios vino más fuerte, “recuerdo que sentí que muchas cosas feas salían de mi cuerpo” agregó.
Al día siguiente era sábado, él no quería sustancias alucinógenas, no sentía deseos de consumir alcohol, ni tampoco salir a la calle.
A partir de ese día su vida y la de su familia dio un giro total, ahora llevan 9 años tomados de la mano del Señor y han visto milagros en sus vidas; tienen inmensidad de sueños y afirman que cada mañana se levantan en paz y alegría sabiendo que sus acciones le agradan a Dios.