¿Sabías que una de las misiones más importantes que tiene el Espíritu Santo en esta tierra, es buscar esposa al Hijo de Dios? Así es, Él busca una iglesia sin mancha, la cual será la esposa de Jesús.

Ahora, Él no va a buscarla a cualquier hora, ni a cualquier lugar, sino que va al pozo, que representa el lugar a donde van los sedientos; y lo hace en la hora de la tarde, que para ti puede ser cuando tu hogar está en caos, cuando no hay esperanza, cuando estás en angustia o dificultad. Así que donde hay sed y necesidad, en las fuentes de agua, es donde el Espíritu Santo encuentra la Iglesia que va a llevarle a Jesús a la gloria. Pero hay 5 señales o requisitos que Él busca en esta iglesia, y son:

1. Sed: Él no quiere una iglesia indiferente, sino una que lo anhele, pues donde hay sed, el Espíritu de Dios se manifiesta con gloria, poder y unción. “A todos los sedientos: Venid a las aguas” Isaías 55:1a.

2. Servicio: Alguien dispuesto a ayudar, que no le niega el agua de vida al que está en aflicción. “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” Hechos 20:35.

3. Esfuerzo: Jesús no busca una Iglesia perezosa, inactiva, sino una Iglesia trabajadora.

4. Adoración: Una Iglesia que sacia la sed del Espíritu Santo, debe ser una Iglesia que vive en continua adoración, pues una persona llena del Espíritu de Dios, siempre está cantando y adorando en su espíritu.

5. Disposición: Este es un requisito primordial, pues esta iglesia debe estar dispuesta a seguir a Jesús, aunque nunca lo haya visto. Una iglesia rendida es una iglesia bendecida, una iglesia que Dios va a prosperar, que Dios le va a dar el sueño de su corazón y que va a enriquecer en todas las cosas. Es laiIglesia que deja todo para seguirlo a Él, pues cree en Sus promesas.

Por eso, si hoy tomas serias decisiones en tu vida y te esfuerzas por ser como esa iglesia que el Espíritu Santo está buscando, esta promesa es para ti:

“De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz” Génesis 22:1-18.