Estar a solas y sentirse solo son dos cosas diferentes. Uno puede estar a solas sin sentirse solo, y también se puede sentir solo en una habitación repleta de gente. La soledad es, pues, un estado de ánimo, una emoción provocada por sentimientos de separación de otros seres humanos.
La palabra hebrea traducida "desolado" o "solo" en el Antiguo Testamento significa "único, solo uno; uno que es solitario, abandonado, miserable". No hay tristeza más profunda que en algún momento venga a la mente la idea de que estamos solos en el mundo, que no tenemos un amigo, que no le importamos a nadie, que nadie se preocupa por lo que nos pudiera ocurrir, o que a nadie le importaría si llegáramos a morir.
En ocasiones pensamos que somos los únicos que se sienten de esta manera, pero la realidad es que incluso, muchos hombres y mujeres de la Biblia, han atravesado este estado, de hecho, el mismo Señor Jesús, experimentó soledad. En la cruz, Él lloró, “A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello:—Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Marcos 15:34). Y en Isaías 53:3, en una profecía acerca de Jesús leemos:
“Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.”
Jesús conoce el dolor de la soledad porque la experimentó.
En este orden de ideas, ¿estamos condenados a la soledad? ¿Si nacimos solos, nos morimos solos? La realidad es que como dijimos antes, la soledad si bien es un sentimiento, puede también ser un estado del alma, es decir, que todos en algún momento nos hemos sentido solos o apartados aunque tengamos muchas personas a nuestro alrededor, sin embargo, hay casos específicos en los cuales, la persona siente una soledad crónica.
Así es, esto puede suceder cuando una persona está sufriendo de depresión, y recordemos que la depresión es una enfermedad que puede ser causada por muchos factores, por lo tanto, debe ser tratada por especialistas. Por otro lado, existe la posibilidad de que haya personas que estén solas porque tienen un espíritu de rechazo; esto normalmente se ve reflejado en alguien que no puede mantener ninguna relación interpersonal estrecha, es decir, que tanto su familia como sus amigos prefieren por algún motivo incomprensible, permanecer lejos de ella.
Por eso, queremos que sepas que no estás condenado a vivir de esa manera, que ese no es el plan de Dios para tu vida, y que el día de hoy queremos ayudarte a que puedas superar esta situación. Lo primero que queremos que sepas es que genuinamente no estás solo, y ojo, no es una frase de cajón ni una frase positiva, es una realidad. El mismo Señor Jesús prometió que no estaríamos solos, pues Él nos dejaría otro consolador, es decir, el Espíritu Santo. Y ojo; dice otro, es decir que además del Espíritu de Dios, Jesús mismo está con nosotros, como dice la Biblia, hasta el fin del mundo, es decir, sin importar lo adversas que puedan ser las circunstancias.
En el salmo 23:4 vemos que dice: “Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento” y en Deuteronomio 31:6 “¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, Él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará» Es decir, que no importa en que lugar del mundo te encuentres o cual sea la situación que atravieses, si tienes o no a quien acudir, Dios está contigo, Él te protege, te ayuda, te enseña y te defiende.
Lo segundo que queremos que sepas, es que a pesar que las personas que están a tu alrededor se vayan o te fallen, el Espíritu Santo jamás te abandonará, jamás te dejará. Tal como lo dice el Salmo 27:10; Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá en sus brazos. También, si por alguna razón perdiste a tus seres queridos, a tus padres o a tu pareja, incluso a tus hijos, el Señor te promete que Él es Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, este es Dios y su morada es santa. (Salmos 68:5-6)
Y finalmente, lo tercero que queremos decirte es que el Espíritu Santo anhela ser tu amigo. Puede ser que las personas en el mundo te rechacen y te hagan a un lado, pero la verdad es que el amor de Dios por ti y la humanidad excede nuestro conocimiento pues ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:38-39)
En otras palabras, Dios te ama, tiene un propósito con tu vida, quiere hablarte y llamarte amigo. Por lo tanto, hoy es el día en que debes volverte al Señor, volver al lugar secreto, buscar ayuda si de pronto has identificado que padeces una depresión, pero no quedarte más en el lugar en que te encuentras, no más soledad pues el Señor ha prometido que tu orfandad se acabará, porque eres un Hijo de Dios.
Pastores Juan Sebastián y Ana María Rodríguez