José vivió pruebas muy grandes a lo largo de su vida, fue vendido por sus hermanos como esclavo a Egipto, fue acusado injustamente y echado a la cárcel. Tal vez al igual que él, estés en este momento pasando por terribles dificultades y con el quebranto sobre tu vida, te puede parecer imposible creer que hay esperanza para ti, pero en hoy tenemos para ti 4 razones para no desfallecer:
1. Dios no te ha abandonado: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá” Salmo 27:10. Puede ser que como a José todos te traicionaron y te dieron la espalda, pero recuerda: Dios está contigo.
2. Dios no se ha olvidado de ti: ¿Ves todo oscuro? Tranquilo pronto viene el amanecer, Dios tiene todo listo y está trabajando para ti. “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti” Isaías 49:15.
3. Tu nombre será puesto en memoria: En un solo día Dios traerá tu nombre en memoria y Él mismo dará testimonio de ti, tal y como lo hizo con José: “Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú” Génesis 41:38-39.
4. Te será dada autoridad: Después de todo esto, Dios te pondrá en lugares de autoridad. Josué una vez salió de la cárcel fue puesto sobre toda la tierra de Egipto: “Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: !!Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto” Génesis 41:40-43.
¿Sabes qué pasó con José después de esto? Dios le dio una esposa y dos hijos, el primero de ellos se llamó Manasés, que significa: “Dios me ha hecho olvidar” y el segundo Efraín que quiere decir: “Dios me prosperó”, así como a él, Dios te dice: “En un solo día haré un cambio en tu condición, y después de esto te haré olvidar tu aflicción y te haré prosperar en la tierra de tu aflicción.** ¡Prepárate!**