“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” Juan 1:12-13.
Al leer la parábola del hijo pródigo, tal vez pienses que el hijo que se fue y malgastó todo lo que tenía, no conocía a su padre, pues como él sabía que había fallado, que se había equivocado, pensó que si volvía, su padre lo iba a recibir al menos como un jornalero, no sabía que lo iba a recibir nuevamente como hijo, y con una gran celebración. Pero en esta parábola hay otro hijo, él, aunque era obediente y fiel a su padre, no sabía que le pertenecían todas las cosas de su padre, y que podía disponer de ellas.
Al igual que estos dos hijos, hay dos tipos de cristianos, los que se sientan en la última silla o no se atreven a venir a la iglesia, porque se consideran indignos de recibir el perdón de Dios, y otros que aunque asisten regularmente a la iglesia y son fieles a Dios, no tienen ni idea que les pertenecen todas las bendiciones del Padre.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” Hebreos 4:16.
Quizá, no puedes acercarte confiadamente al trono Dios, porque no tienes una buena imagen de tu padre terrenal, porque la tradición te ha enseñado siempre a un Dios airado, o simplemente por tu pecado, porque Satanás te tiee arrinconado acusándote, pero la verdad es que: “El que tiene a Jesús tiene un Padre y Su nombre es Dios”.
La Biblia dice que fuimos adoptados por Dios, pero no la adopción como la conocemos en la actualidad, sino que se refiere al niño pequeño que está bajo tutores que le enseñan y le instruyen para que un día administre los bienes de su padre, pero cuando está listo y es un joven adulto, se hacía una reunión, porque iba a pasar de* “teknon”* a “huios”, que se presenta socialmente como alguien capaz de administrar con él. Ese evento se conoce como “huitesia”.
Un hijo adoptado tiene privilegios, derechos legales, el nombre de una familia, es reconocido como hijo, pero no tiene los genes de su padre. Pero lo que dice en Juan 1:13 es que nosotros fuimos engendrados de Dios, tenemos Su genética, Él es nuestro Padre.
y para terminar, es bueno que sepas 4 cosas acerca de tu Padre:
- Él es bueno:“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:11.
- Él desea que prosperes:“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma 3 Juan 2”.
- Jesús es como el Padre:“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” Colosenses 1:15. Todo lo que hace el Padre, el Hijo lo hace igualmente. Lo que hace Jesús, lo hace porque lo ha visto del Padre. Cuando Jesús veía las multitudes sentía compasión por ellos, sanaba a los enfermos, recibía a los niños y los bendecía, recibía a los pecadores.
- Él te conoce por nombre:“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda” Salmo 139:1-4.
Nunca lo olvides, no estás huérfano; !Tienes un Padre!