Hay momentos en los que las pruebas son tan difíciles que la esperanza tiende a desvanecerse y las fuerzas para soportar languidecen con el día a día. De aquí la importancia de mantener la esperanza a toda costa, cuando en tu tribulación tienes la ilusión que Dios puede hacer algo, eso es lo que en la Biblia se conoce como esperanza.

Tal vez no sabes cómo, no sabes cuándo, pero tienes la esperanza de que Dios puede hacer algo.

El llamado no es a fingir que no existen los problemas, cuando están allí; sino a tener la ilusión o la seguridad de que éstos no son eternos, que las heridas se van a sanar, que las circunstancias van a cambiar. Esa ilusión es la esperanza, que es una virtud del creyente, y no la puedes perder.

“Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová” Lamentaciones 3:25-26.

Cuando hay una tormenta en tu casa, en tu ciudad o a tu alrededor, Dios está buscando uno que tenga esperanza y Dios va a poder obrar tremendos milagros. Uno que tenga esperanza.

·         Job:

Fue un hombre de Dios íntegro, fiel al Señor, Él mismo daba testimonio de Job de ser recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Le vino un ataque de Satanás sobre su vida, y en un solo día perdió todas sus ovejas, todos sus bueyes, sus vacas, sus criados, los pastores de las ovejas y a su familia; así que él postrado decía: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” Job 1:21-22.

Después de esto perdió su salud, perdió la admiración de su esposa y de sus amigos que se volvieron para condenarlo, pero él confesaba: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” Job 13:15a.

Esto es lo que Dios busca, uno que diga: “Dios puede hacer algo”, ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? No sé, pero Dios puede hacer algo. Esto es lo que Dios busca, uno que en la tribulación no pierda la esperanza.

·         Mardoqueo:

El rey Azuero fue deshonrado por su esposa al no asistir a una reunión a donde la convocó, así que se decidió quitarla de su cargo y poner una nueva reina. De todas las que le presentaron, el rey se enamoró de Ester y se casó con ella. El familiar que la había criado a ella fue Mardoqueo, era su tutor. Un día Mardoqueo no se quiso postrar delante de uno de los líderes del gobierno que se llamaba Amán, así que, en represalia, se propuso destruir no solo a Mardoqueo, sino q todos los judíos.

Mardoqueo le pide a Ester que interceda ante el rey, las leyes eran muy estrictas y ella no podía presentarse ante el rey sin ser llamada, así que él le dice: “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” Ester 4:14. Eso se llama esperanza, si ella no ayudaba, algo haría Dios para salvar a Su pueblo.

Esperanza es algo que escasea porque cuando viene la prueba nos enojamos contra Dios, porque no la entendemos. Pero la esperanza tiene una virtud grande… la Biblia cuando habla del patriarca

·         Abraham:

Dice que él creyó en esperanza contra esperanza (Romanos 4:18), él tenía una palabra de parte de Dios de que sería una gran nación, pero los bebés no llegaban, 75 años tenía y no había tenido hijos, Sara era estéril, y ahora le llegó la menopausia, así que cada vez menos probabilidades de tener hijos.

A los 86 años le dio por probar con su criada porque pensó que así podría cumplirse la palabra de Dios, pero a sus 99 años Dios se aparece en la tienda y le dice que en un año tendría su bebé. Cuando Isaac creció, un día el Señor le pide que le ofrezca a su hijo, así que él obedece y cuando estaba a punto de matarlo el Señor lo detiene.

La carta de hebreos describe la esperanza que había en Abraham: “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir” Hebreos 11:17-19.

Dios busca un Job, busca un Mardoqueo, un Abraham, uno que tenga esperanza.

·         Jonatán:

Saúl preparó 3.000 para la guerra, pero cuando los filisteos se levantaron venían con 30.000 carros, con caballos, pueblo numeroso como la arena del mar, así que los 3.000 salieron corriendo y quedaron solo 600 escondidos en cuevas, llenos de miedo, no tenían armas, solamente dos espadas, la de Saúl y la de Jonatán, así que Jonatán tomó su espada y su criado y le dijo que fueran al campamento de los filisteos, porque “Dios puede hacer algo”.

Parece ridículo y absurdo pensar que un hombre con una espada puede derrotar a un ejército como el que fue a pelear con él, eso es imposible, pero él dijo: “Dios puede hacer algo”, no perdió la esperanza. Dios sembró temor entre los filisteos y dio la victoria Su pueblo. ¡Dios puede hacer algo!

Si pierdes la esperanza solo vas a llorar y pelear contra Dios.

·         Los de Jabes de Galaad:

Cuando el rey de los amonitas dijo que les iba a quitar los ojos para dejar una afrenta a la nación, ellos pidieron siete días para ver si alguien los ayudaba, eso se llama: Esperanza.

Los de Jabes de Galaad tenían esperanza, mientras que Israel no la tenía, ellos se pusieron a llorar. Pero, por los que tenían esperanza, el Espíritu Santo vino sobre Saúl para pelear la batalla por ellos.

Martin Luther King decía: “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.

Si tienes esperanza, o si logras que alguien tenga esperanza, esa persona no será avergonzada. Ninguno que espera en Dios será avergonzado. Los de Jabes de Galaad no fueron avergonzados, a la mañana siguiente eran libres.

Si logras tener esperanza o avivar la esperanza en alguien, no vas a hacer avergonzado, no vas a ser derrotado, y el Señor te promete el doble.

“Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble” Zacarías 9:12.

Dios le devolvió a Job el doble de todo lo que había tenido. “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job” Job 42:10.

A Mardoqueo le entregaron la casa del opresor, le entregaron el anillo del rey y era el segundo en un gobierno mundial.

Los de Jabes de Galaad fueron libres de sus opresores.

Cuando alguien en la tribulación se derrumba es porque perdió su esperanza, pero los creyentes no debemos perder la esperanza, aunque nos parezca absurdo, aunque el dictamen sea irreversible, aunque el matrimonio sea irrestaurable, aunque el empleo no se pueda recuperar, o la casa, o cualquiera que sea la situación por la que estás atravesando, ¡No puedes perder la esperanza!

Tienes que ser como los de Jabes de Galaad, tener la esperanza en Dios de que Él puede hacer algo. Rendirse no hace parte del carácter del cristiano.

Aunque Él me matare en Él esperaré. (Job)

Respiro y liberación vendrá de alguna otra parte. (Mardoqueo)

Creyó en esperanza contra esperanza. (Abraham)

Vamos a ver… Dios puede hacer algo. (Jonatán)