Cuando enfrentas situaciones en las cuales el caos es inminente, y en lo natural no hay nada que puedas hacer para cambiar las circunstancias a tu favor, debes saber que con Dios es diferente. Él te dice hoy como a Jairo en Marcos 5:36 “No temas, cree solamente”.
Si temes no cambiará tu situación, pero si crees en Dios, tendrás una opción. A continuación te presentamos 3 obstáculos que deberás saltar para conseguir tu milagro:
1. Posición: En el pasaje de Marcos 5:21-43, Jairo, si se acercaba a Jesús, sería expulsado de la sinagoga debido al cargo que él ocupaba. Él pudo haberse quedado en su limitación y con el temor de perder su posición, pero su situación era apremiante, su hija estaba agonizando y él sabía que su única esperanza estaba en Jesús.
Así que si necesitas un milagro, lo primero que debes hacer es saltar por encima de tu posición y tener tu fe puesta en Dios, pues esto te dará una opción.
2. Tradiciones Religiosas: Las tradiciones religiosas te roban la bendición y los milagros de Dios. La Biblia dice en Santiago 4:15 “En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”, esto se refiere al futuro, que no debemos afirmar algo, sino anteponerle “Si Dios quiere”, pero muchos cristianos religiosamente aplican esta expresión a sus bendiciones y por eso no las reciben. Si Dios quiere sanarme, si Dios quiere liberarme, si Dios quiere bendecirme. Por eso, lo primero que debes saber es: “Dios quiere”. (Leer Mateo 8:2-3, Hebreos 6:13-14, 3 de Juan 1:2)
Quizás te son familiares frases como a Dios no hay que pedirle o yo no le pido mucho a Dios para no molestarlo. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de esto? Lucas 11:9 “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Dios quiere que le pidamos, pero no cualquier cosa, sino que le pidamos cosas buenas (Mateo 7:11).
3. Los llorones: El tercer y último obstáculo que debes saltar en la carrera a tu milagro son los llorones, no debes escucharlos, pues son los que te desaniman, los que se quejan y los pusilánimes no deberían caminar con los “¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo” Deuteronomio 20:8.
Finalmente, debes saber que siempre en la carrera por un milagro vamos a tener que enfrentar dificultades, pues es la carrera de la fe. Pero hay que perseverar, hay que batallar hasta vencer. No te rindas, pues si crees en Dios tendrás una opción. Dile hoy al Señor: “Voy a creer, no me voy a detener ni voy a oír voces extrañas, por encima de toda oposición, hoy decido confiar y descansar en ti. En el nombre de Jesús. Amén”.