Cuando hablamos de celos, nos referimos a un tema bastante complejo, pues existen dudas y preguntas comunes como: ¿es bueno o malo tener celos?

En definición, la palabra celo viene de una palabra griega q traduce “caliente” o “rojo”, color que sale del rostro de un hombre está apasionado. Puede provenir desde el amor, envidia, furor, turbación.

Recordemos que hay diferentes clases de celos: El celo carnal y el celo que es sano y espiritual. Es diferente cuando los celos son una alarma, por ejemplo, cuando se levantan esos celos como el que siente el esposo por su esposa cuando ve que viene un lobo rapas a dividir y destruir su hogar. Y existen celos que vienen de lo alto. Ps María Patricia Rodríguez.

En la palabra de Dios dice que El espíritu nos anhela celosamente. Dios es celoso, pues siempre que venía un juicio sobre el pueblo de Israel es porque lo habían olvidado a Él y habían inclinado su corazón a otros dioses.

Ahora bien, existen celos que son dañinos. Santiago 3:14-15 describe los celos que NO son sanos, sino carnales, como algo terrenal, animal y diabólico. Las consecuencias de esta clase de celo es que puede conducir a la ira o a la muerte de un hombre.

En los niños se ve esta conducta desde que son bebes. Suele darse en personas que presentan el siguiente cuadro:

• Dependientes
• Con baja autoestima
• Desconfianza en ellos mismos y en los demás
• Sienten en la amenaza de perder a un ser amado.
• Su vida nunca ha sentido cultivada interiormente
• Necesitan siempre el apoyo de los semas para proseguir en su andar.

Los celos son su manera de controlar aquello que temen perder. Su constante control y desconfianza produce otro efecto como manipulación, desesperación y sentimiento de atormento.

**¿Si Dios es un Dios celoso, también yo puedo serlo? **
Debemos ser conscientes que el celo que Dios siente por nosotros es diferente. Él nos ama de una manera que el hombre no puede amar y sus celos son el producto de un amor perfecto.