500 AÑOS DE LA REFORMA PROTESTANTE
Colombia, tierra abonada para la fe
David López (Historiador Universidad Nacional de Colombia)
Imagen de un culto de la iglesia Centro Mundial de Avivamiento. Cortesía Iglesia Avivamiento.
Son protestantes aquellas iglesias que se consideran cristianas. En otro tiempo se les llamaba evangélicas, por el énfasis que daban sus promotores a la predicación del Evangelio. La creencia consistía en aceptar y llevar una vida conforme al mensaje esencial de Jesucristo, lo que se traducía en convertirse en evangélico. El término evangélico fue denominador común para todas las iglesias herederas de la tradición protestante de los siglos XV al XVII que llegaron a Colombia y al resto de América Latina en el siglo XIX, a través del movimiento misionero evangelical.
Para un país que religiosamente estaba acostumbrado a la forma de vida cristiana patentada por la Iglesia Católica Romana, convertirse en evangélico significaba ser disidente del catolicismo. Por esa razón los evangélicos en Colombia desarrollaron una fe y ética de vida diferente, pero marginal y excluida de la vida nacional. Para la mayoría de quienes miraban con extrañeza este tipo de fe, los evangélicos lindaban en el fanatismo. Mientras Colombia fuera Estado Católico, según la Constitución de 1886, la presencia de evangélicos y su crecimiento representaban una amenaza para la Iglesia oficial.
Esto reeditaba las diputas que hubo entre el cristianismo católico romano y el cristianismo protestante del siglo XVI. Para la Iglesia católica, los evangélicos eran sectas de la herejía protestante. Para los evangélicos, la Iglesia Católica era una institución sincrética alejada de las fuentes bíblicas de la fe cristiana. Actualmente, en el marco del Estado social de derecho, la mayoría de iglesias protestantes se reconocen como cristianas. Todas comparten principios de fe de la Reforma Protestante del siglo XVI: la creencia en la Biblia, la salvación del creyente por la fe y la concepción de la Iglesia como el cuerpo místico de Cristo.
Un contexto histórico
El protestantismo se estableció en Colombia hacia 1825 con la misión bíblica de Diego Thompson. Se afianzó luego en el siglo XX con la nacionalización de las misiones protestantes. La primera fue la presbiteriana, con el misionero Henry Barrington Pratt, que ya estaba desde el siglo XIX. En la primera mitad del siglo XX, el protestantismo comenzó a propagarse gracias a la llegada masiva de misioneros de diferentes denominaciones evangélicas y pentecostales de Estados Unidos. El mayor auge entre 1930 y 1946, cuando arribaron al país cerca de 20 agencias misioneras a 16 departamentos.
Desde comienzos del siglo XX, las misiones protestantes compartían la idea de fomentar una Iglesia Evangélica Nacional, que hiciera frente a la discriminación religiosa. Por esta razón, todos los misioneros, aunque tenían diferencias en su tradición doctrinal, mantenían relaciones de cooperación en tareas evangelizadoras, al punto de establecerse un pacto de caballeros en 1929 para repartir territorio y asegurar cobertura nacional a la evangelización protestante. Este proyecto se dio cuando los misioneros fueron entregando templos y organizaciones al liderazgo nacional, asumiendo un carácter diverso y plural.
Hoy el protestantismo tiene múltiples rostros, diferentes expresiones de un mismo proceso histórico. En primer lugar están las iglesias de rostro histórico, herederas directas de la Reforma Protestante del siglo XVI. Algunas presentes en el país son la Iglesia Presbiteriana de Colombia y la Iglesia Evangélica Luterana. El rostro evangélico se caracteriza por su énfasis en la conversión personal a la fe evangélica que se consagra mediante la práctica del bautismo en aguas, por inmersión. Dos de las más antiguas de esta vertiente son la Iglesia Bautista de Colombia y la Iglesia Cristiana Menonita de Colombia.
El rostro pentecostal se caracteriza por agregar a la práctica evangélica el énfasis de la vivencia y experiencia con el Espíritu Santo y sus dones. Dos de las iglesias más representativas son el Concilio de las Asambleas de Dios y la Iglesia Pentecostal Unida. Por último, el rostro neopentecostal o neocarismático representa una expresión contemporánea de la vertiente pentecostal, que se diferencia por su énfasis en la experiencia personal y espontánea con el Espíritu Santo y sus dones. – Una de las iglesias más antiguas de esta vertiente es el Centro Mundial de Avivamiento.
Todas estas iglesias del rostro comparten formas organizadas de entidad denominacional. Es decir, conforman un cuerpo de ministros y de comunidades de fe llamadas iglesias locales, las cuales conforman agremiaciones regidas por un canon doctrinal común y un gobierno eclesiástico colegiado. Todas estas iglesias, aunque son expresiones nacionales del protestantismo cristiano, tienen relación con sus pares internacionales, mientras que las llamadas neopentecostales tienden a ser independientes o autónomas, y más bien están ligadas al carácter de su pastor fundador.
Datos del informe Pew research Center estiman que, para 2014, en Colombia los protestantes representaban el 13 % de la población, mientras el catolicismo representaba el 79 %. De acuerdo con Lorena Ríos Cuéllar, asesora del Ministerio del Interior en Asuntos Religiosos, el registro público de entidades religiosas a la fecha habla de 6.528 con personería jurídica especial, de las cuales cerca del 95 % pertenecen a alguna expresión del rostro protestante. En síntesis, la presencia protestante sigue siendo minoría religiosa en Colombia, pero sus cifras van en ascenso. El campo religioso del país ya no es enteramente católico.
Los protestantes en Colombia podrían destacarse principalmente por sus aportes educativos. Las misiones protestantes, además de crear comunidades eclesiales para los adeptos de la fe cristiana evangélica, se dedicaron a la fundación de obras educativas, entre las cuales se destacan los llamados colegios americanos, pioneros en Colombia de la modalidad mixta, el bilingüismo y la enseñanza de varios oficios liberales. Actualmente existen en el país cuatro universidades de inspiración protestante que están reconocidas oficialmente por el Estado colombiano.
La defensa de la libertad religiosa ha sido otro gran aporte de los protestantes. La Confederación Evangélica de Colombia, cuyos orígenes datan de los años 50, nació como organización de defensa de los derechos de libertad religiosa, cuando la violencia política tomaba tintes de violencia religiosa. Como la denominada campaña antiprotestante adelantada por sectores de la sociedad. En 1990, para consolidar la libertad religiosa, los evangélicos organizaron el movimiento político Unión Cristiana y accedieron a dos curules en la Constituyente. Desde entonces los evangélicos en Colombia han tenido más garantías para expresar y enseñar su fe.
Actualmente, varios movimientos políticos inspirados en la fe cristiana evangélica se han organizado para defender causas como la defensa del modelo tradicional de familia y el papel del perdón y la reconciliación en la consolidación de la paz en Colombia, toda vez que muchas iglesias cristianas evangélicas fueron víctimas también del conflicto armado, como lo reconoce el actual Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc.