Invitada por su mamá, Paola llegó una tarde al parque Simón Bolívar donde se realizaría la reunión de final de año de Avivamiento y ella jamás imaginó que ese día comenzaría un cambio contundente en su vida.

Paola llegó cumplida a la invitación y con reservas en su mente pensaba que Dios qué se iría a acordar de ella en medio de tanta gente, además porque siendo una niña de 12 años se había alejado del Señor, para llevar una vida de desorden rodeada por el alcohol y las malas amistades.

Cuando hubo el llamado de salvación, el pastor Juan Sebastián Rodríguez, dijo que había personas que, conociendo del Señor, se habían apartado y que él ese día se quería reconciliar con ellas. De inmediato Paola comenzó a sentir un calor y lágrimas caían por sus mejillas, sin poderlas controlar le dijo mentalmente: “¡Señor, entre un millón de personas me estás mirando y sabes mis pensamientos!” agregó Paola con voz entrecortada y lágrimas en sus ojos.

Dios le tocó y ese amor que sintió fue para siempre, de ahí en adelante ella se considera su princesa y se siente completamente enamorada y cautivada por su rey.

Apenas salió del parque quería correr para contarle a su esposo Edwin su experiencia y aunque por un momento él se emocionó, no pudo comprenderla.

Ella por su parte, comenzó insistentemente a invitarlo a la iglesia, pero él siempre tenía una excusa, fue así cuando una mañana de domingo ella llegó muy afligida a la reunión por la actitud de Edwin y una vez más, el Señor la sorprendió, cuando el pastor Juan Sebastián dio una palabra de ciencia, diciendo que él sentía que había acabado de llegar una mujer desesperada porque su esposo no quería venir a la iglesia, pero que el Señor le decía que no se preocupara que él, lo traería.

Una vez más, El Señor quien sabe los pensamientos más pequeños de la mente estaba hablando a una princesa que sin corona ni vestidos reales, meses atrás había sido cautivada por el amor real que solo Dios sabe dar, como lo han predicado los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez “Decreto de gracia”

Edwin al ver el cambio de Paola, comenzó a venir a la iglesia y desde un inicio decidió ser radical para el Señor y juntos se encaminaron hacia la mejor aventura de la vida, caminar con Jesús, bajo un pacto de fidelidad, consagración en el Centro Mundial de Avivamiento.

Confesaron que su amor de esposos es soñado, aunque aparentemente las personas les ven y piensan que su amor es fingido, pero entre risas contaron que son felices y que están siendo muy bendecidos en todas las áreas de su vida.